Grecia
ANÁLISIS: A qué estamos esperando por Nicolás Fernández Picón
Aunque el BCE sigue interviniendo en deuda y la situación política tiende a reconducirse en Italia y Grecia, el mal soberano europeo continúa avanzando; empieza a notarse en algunos mercados emergentes y, sobre todo, afecta ya a emisores core de la zona euro. Resulta evidente que la alternativa a la ruptura del euro requiere acciones decididas: en especial, primero, en dotar al BCE de un mandato claro de último garante de la estabilidad financiera y, segundo, en dar pasos creíbles hacia una unión fiscal que permita emisiones de deuda conjuntas. Lo primero cuenta con la oposición del propio BCE y de Alemania; lo segundo es apoyado sólo parcialmente por el Gobierno alemán, ya que rechaza el corolario del eurobono.
Las soluciones no parecen maduras a corto plazo. En el Consejo Europeo del 9 de diciembre podrían empezar a fraguarse líneas de integración fiscal; antes están las reuniones del Eurogrupo y del Ecofin. También influirán las negociaciones con los tenedores de deuda griega y el resultado de las elecciones en España (el mercado preferiría una mayoría absoluta).
En cualquier caso, conviene distinguir el impacto relativo que el último episodio de la crisis de deuda europea está teniendo sobre los diferentes mercados. El mayor impacto en el propio mercado de deuda soberana, además de ser el más sensible a la ruptura del euro, puede estar condicionado por las ventas de títulos de bancos comerciales que reducen sus tenencias para cumplir con la EBA. En consecuencia, las primas de riesgo se sitúan en máximos. Un impacto algo menor en los índices de crédito, en especial en los de CDS, que ni siquiera han llegado a máximos en el sector financiero (quizás porque se duda de su eficacia a raíz de las quitas voluntarias, aumentando a su vez la presión sobre el soberano). Menor aún el impacto sobre el euro, alejado de los mínimos de principios de octubre. La repatriación de capitales de los bancos europeos puede justificarlo parcialmente. La renta variable es lo que más alejado se mantiene de sus mínimos recientes. Parte de la explicación reside en la evolución del mercado de EE UU, con mejores datos económicos. También hay que considerar las bajas valoraciones actuales, el sentimiento negativo, los bajos niveles y la ausencia de alternativas de inversión y las prohibiciones de operar en corto.
Nicolás Fernández Picón
Director de Análisis de Banco Sabadell
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