Sevilla
El espejismo por Julián García Candau
La mayoría de los equipos de Primera padecen el espejismo del individuo perdido en el desierto. Ven agua a lo lejos y cuando se acercan a la zona descubren que sigue habiendo arena. Marcó el Betis en preciosa jugada y remate certero de Molina. Era ver el oasis, la sombra de las palmeras y el agua en la que repostar. El equipo bético aceleró la marcha convencido de que se acercaba al lugar soñado. La dura realidad lo devolvió al mundo.
Pepe Mel, que ha hecho pinitos literarios, no dirige a su equipo de manera lírica. Sabe lo que tiene entre manos y ayer había estudiado sobradamente al adversario. Los verdiblancos jugaron con el acelerador pisado desde el comienzo. En el contragolpe, con Jefferson Montero, que aceleraba por la derecha, y Nacho, Sevilla y Molina, que aceleraban por la zona izquierda, se ponía en apuros a la zaga madridista y a Marcelo lo dejaba Montero fijado a su banda.
Hizo grandes esfuerzos el Betis por sumar puntos tan necesarios para huir de los lugares del pánico. Al Real Madrid, ayer de luto por Marquitos, es casi preferible no marcarle el primer gol porque ello parece que le espolea. Volvió a ver el Betis el oasis con el empate a dos tantos, pero de nuevo el pozo encontrado estaba seco. Cristiano Ronaldo aprovechó un rechace al cabezazo en la salida de un córner de Sergio Ramos e hizo inútil el gran partido de los béticos. Ambos equipos protagonizaron gran espectáculo. Siempre buscaron el gol y cada ataque apuró a los porteros.
Posdata. Mourinho imita a José Luis Moreno. En su ventriloquia usa a Chendo y Karanka para presionar al cuarto árbitro y al juez de línea.
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