Los Ángeles
Suri Cruise niña a la fuga
La hija del actor y Katie Holmes, que se adapta a su nueva vida en Nueva York, no aguanta la constante presión de los medios
Tiene la mirada perdida, aún más que meses atrás. Y se le nota triste. Desde que nació hace seis años Suri Cruise tuvo el objetivo de los fotógrafos puesto sobre su carita. Cualquier movimiento o gesto por mínimo que fuera era susceptible de ser captado por una cámara. Desde que era un bebé hemos vivido casi a tiempo real sus primeros pasos (a los seis meses ya asistió vestida en blanco roto a la sonada boda de sus padres), sus primeros dientes, los paseos de la mano de papá Tom y mamá Katie, los tacones que tanta polvareda levantaron y casi la hacían tambalearse (y que lució con apenas tres años). La niña mimada de los Cruise, ex matrimonio ya, ha vivido sus primeros seis años en una burbuja. Y ahora, que es aún más perseguida, huye como alma que lleva el diablo cada vez que ve una cámara. Se refugia en su madre o se cobija entre los brazos de su padre.
En definitiva, no soporta a los fotógrafos. A partir de ahora la niña, con seis años cumplidos, debe afrontar un futuro que le ha sobrevenido de sopetón. Sus padres, dos estrellas de Hollywood, sobre todo él, corto en estatura pero enorme en glamour, se han separado hace apenas un mes. No ha habido disputas entre ambos y lo que se temía que podría convertirse en uno de los divorcios más duros de la meca del cine se ha tornado en una separación de guante blanco, de cara al público. Su padre residirá de ahora en adelante en Los Ángeles, mientras que su madre, con quien vivirá la niña, lo hará en pleno centro de Nueva York, en un apartamento por el que ya merodea una legión de paparazzi ávidos de captar una imagen diaria. Esta nueva situación le está pasando factura a la pequeña según Valvanuz Sánchez de Amoraga, experta en lenguaje gestual: «Los ojos risueños de la primera infancia se han ido transformando en una mirada triste, perdida. Uno de los indicios que reflejan este abatimiento es la falta de focalización, no mira a un punto fijo, parece dispersa y si esto lo acompañamos con la expresión triste de su boca, formando un gesto en la comisura de sus labios descendente, nos refleja falta de vitalidad, pena. Nunca interactúa o juega con los medios, con los periodistas, únicamente los observa y desciende la vista, lo que denota timidez y retraimiento. La inclinación de su barbilla es descendente, símbolo de apatía y siempre se agarra fuertemente a su madre buscando protección. Ladea suave y sutilmente a la izquierda su cabeza, lo que nos indica un sentimiento de soledad. Observando con atención la expresión de Suri, podemos deducir sin lugar a dudas el duro momento por el que está pasando».
Gimnasia diaria
Ha de ir adaptándose a su nueva situación. Para que no eche de menos a su padre, el actor se ha comprado un avión privado para que los desplazamientos desde Los Ángeles los pueda realizar cuando y cómo quiera.
En su nueva casa, en la que seguro disfrutará de dormitorio separado de su cuarto de juegos, no tendrá de momento, la compañía de una mascota. Se la había pedido a su madre hace unos días. De hecho, llegó a entrar con ella en una tienda de mascotas y se encariñó de un terrier blanco y negro. Llegó incluso a las lágrimas y porfió. Pero su progenitora se mostró dura y salieron del local con las manos vacías. Cada tarde Katie Holmes acompaña a la niña a su clase de gimnasia. Ella lleva puesto un maillot de color rojo que parece que le queda un poquito grande, crecedero, salta y hace acrobacias bajo la atenta mirada de la actriz. Hace un par de días, tal es la persecución a que ambas están siendo sometidas, que el taxi en el que viajaban tuvo un alcance con otro vehículo, nada de importancia, pero lo suficiente para sobresaltarlas.
30.000 euros al año
Más cambios: Suri tendrá que empezar su curso escolar en un centro nuevo. El año pasado acudió a al colegio New Village Leadership (cuesta más de 20.000 euros al año y hay 14 alumnos por clase) en Calabasas (California), la escuela fundada en 2008 por Will Smith y Jada Pinkett y próxima a postulados cienciológicos. Encajó bien porque, dijeron sus cuidadores, «es una niña generosa con sus compañeros. Todas las niñas quieren probar sus tacones y ella se los deja». Su programa de estudios se completa con clases de arte, tecnología, yoga y lecciones de etiqueta y protocolo. ¿Destaca en alguna parcela a su corta edad? En dibujo. El que le regaló a su padre por su cincuenta cumpleaños hizo que brotaran las lágrimas de Cruise.
Katie Holmes quiere hacer borrón y cuenta nueva, de ahí que haya matriculado ya a Suri en un colegio católico exclusivo para señoritas, situado en Nueva York, regentado por la orden del Sagrado Corazón y en él estudiaron Lady Gaga y Paris Hilton. El centro es bilingüe y tendrá que llevar uniforme, un motivo para pasar desapercibida entre las 69 alumnas del centro en el que las pizarras y la engorrosa tiza que tanto mancha ha sido sustituida por iPad para cada escolar. La niña, apasionada de la gimnasia, podrá practicarla en cualquiera de las dos salas con que cuenta. También tiene tres bibliotecas y tres salas de espectáculos.
Envidiada, sí. Popular, también. Acostumbrada a exclusivas marcas como Versace, Armani Junior, Marni Kids, Nordstrom, D&G, DKNY, Burberry, Bonpoint, Splendid y Philip Llim, o a disfrazarse de princesa con diseños de Sara'hs Silks, esta niña icono de la moda se está convirtiendo en una pobre niña rica a la que quizá no le suene de nada el nombre de Mary Poppins. Tan sólo su colección de zapatos está formada por más de trescientos pares. Y casi no repite modelo.
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