Consenso por Marina CASTAÑO

«Consenso» es una palabra que se puso de moda a partir de la democracia; el consenso entre los partidos para llegar a un acuerdo que beneficie al país, por ejemplo. Nunca antes habíamos manejado tanto este vocablo. Pues, vamos hoy a aplicarlo a la vida de pareja, porque entre dos que bien se lleven, tiene que haber consenso. No existen dos personas iguales, y por eso los gustos, las costumbres, las maneras de expresarse y de sentir son casi siempre diferentes. En el sexo ocurre que hasta que el uno se adapta al otro tiene que pasar un tiempo y hay que intercambiar si no palabras, que también, al menos, gestos. Unos prefieren el sexo por la mañana (generalmente los hombres, que normalmente se despiertan con una erección), otros se levantan con el tiempo justo y lo dejan para otro momento.

La hora de la siesta («L'amour aprè midi», ¿se acuerdan de la película?) es la preferida de muchos. En el momento más inesperado, el aquí te pillo aquí te mato en el sofá, la alfombra o encima de la mesa de planchar, o por la noche, haciendo el clásico misionero son ejemplos de las opciones que algunos manejan. Pero, ¿qué ocurre cuando no hay sintonía en éste u otro terreno? Que se puede llegar resquebrajar la pareja. Por eso la comunicación es importante, transmitir dónde está el fallo y cómo llegar a la solución. En estos casos, si se quiere salvar lo que es salvable, no cabe la timidez. Hablar y llegar a un consenso nos lleva al éxito. Si hay una base sólida, claro.