Barcelona
«Si yo fuera presidente» y el «buen rollo» laboral
Al margen del diseño, el glamour, el avanzado sistema logístico y un modelo de negocio sostenible, una de las claves del imperio Mango es su cultura de relaciones personales, la gestión de recursos humanos.
Madrid- «Nadie tiene siempre la razón, y en una empresa intensiva en creatividad y alta tecnología, no funciona el ordeno y mando. Si hay mal rollo entre la gente, si no se explican las cosas, todo falla: detrás de un crecimiento siempre están las personas». La declaración de intenciones corresponde a Enric Casi, director general de Mango, y fue efectuada durante las entrevistas que realizó el profesor del IESE Joan Enric Ricart para elaborar un «caso» de la compañía. Por ello, entre otros incentivos y derechos sociales, los directivos de Mango decidieron abrir la puerta de sus despachos y celebrar periódicamente unos encuentros denominados «Si yo fuera presidente». Las cerca de 1.600 personas que trabajan en la central eligen a los representantes de cada uno de sus departamentos (no puede ser el jefe), quienes recopilan ideas, problemas o cambios para luego informar personalmente de ellos en una reunión con la dirección, los accionistas y los administradores. Las conclusiones se publican internamente y, según la empresa, el 95% de las propuestas se plasman en cambios concretos.
Detalles del negocio
- Isak Andic abrió su primera tienda en 1984 en el Paseo de Gracia de Barcelona, tras el éxito de ventas del negocio de importación de ropa de mujer que montó en un tenderete del mercado de Balmes.
- En 1988 ya disponía de 13 puntos de venta en España, y en 1993 alcanzó el centenar. En 1995 implantó el sistema de gestión empresarial basado en equipos de trabajo especializados y coordinados entre sí, una de las claves del negocio.
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