Hollywood
Daryl Hannah: «He comido churros queso y gazpacho»
«Es una mujer muy valiosa, una ecologista real, una activista real que ayuda a muchísima gente. Además es de las que combate cuando llega el momento. Es capaz de encadenarse a un árbol si es necesario». Con estas palabras Antonio Banderas presentaba ayer en Marbella Daryl Hannah, la que fuera compañera en el celuloide y amiga en por las calles de Los Angeles. Y no se queda corto, lo cierto es que el compromiso de la actriz norteamericana que está grabada en la memoria colectiva como la sirena de "Splash"le ha llevado hasta el calabozo. Ocurrió hace algo más de un año cuando Daryl se plantó en la Casa Blanca junto a un centenar de personas para oponerse a la construcción de un oleoducto entre EE UU y Canadá.
No se arrepiente de ello. Es más, aquello le ha animado a embarcarse en más iniciativas solidarias como la de anoche. Así lo confesó en exclusiva a LA RAZÓN. «Creo que es muy importante dar a los demás, estar comprometido con el resto del mundo, no sólo recibir. Por ello la labor de Antonio es tan especial. Es muy dificil conseguir que la gente sea solidaria y recaudar fondos y más en los tiempos que corren. Todo lo que se pueda hacer para ayudarnos unos a otros es poco».
Y si Banderas se deshizo en halagos hacia ella, la actriz de 51 años no se quedó atrás. «Es muy emocionante volver a estar juntos 17 años después. Pero solemos vernos. Hace un par de meses a quedé con Melanie para hablar, hablamos con frecuencia. Él es adorable y Melanie, una madre increíble y tiene más mérito todavía que siga llevándose muy bien con todos sus ex marido. Juntos forman una familia excepcional», dijo a este diario para, a renglón seguido, despejar cualquier rumor de ruptura: «Creo que su relación es como deben ser las parejas: amarse uno al otro por encima de todo. Sobre si son la pareja perfecta, te diré que no hay parejas perfectas, simplemente son humanos como todos, tenemos retos y cosas que mejorar».
Sobre nuestro país, Daryl no dudó en afirmar que es una enamorada de los caballos andaluces. «Es lo que más me gusta, por encima incluso de los paisajes y la naturaleza. Estoy encantada de estar aquí. Cuando llegué comí churros, gazpacho y queso. Me encanta la comida española y su gente. Vino una vez cuando tenía trece años pero fue muy diferente» Aunque si algo le ha impactado de este viaje, ha sido el reencuentro con Stella del Carmen: «No la veía desde que era una niña y ahora es toda una mujercita. Es hermosísima. Además es una joven adorable y paciente, en una palabra: maravillosa».
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