Barcelona

Cataluña sigue los pasos de Canarias

Cataluña ha sumado hoy a Canarias al abolir las corridas de toros en su territorio, algo ya previsto en la Ley canaria de Protección de Animales, aprobada en 1991, que fue la primera en España en prohibir los espectáculos sangrientos con animales, entre ellos las corridas de toros

Pese a la coincidencia en la decisión final, la decisión de la Cámara catalana nace de una iniciativa ciudadana que pedía explícitamente poner fin a ese tipo de festejos taurinos, mientras que en las Islas Canarias se acabaron vetando las corridas de toros a pesar de que la intención inicial era prohibir las peleas de gallos.La iniciativa legislativa popular (ILP) aprobada hoy por el Parlamento catalán supone modificar la ley catalana de protección de los animales, aprobada en 1988 y modificada en 2003, con el fin de cambiar un artículo, el sexto.Si el parlamento catalán ya vetó hace algunos años el acceso de los menores de 14 años a las plazas de toros con el apoyo de CiU y PSC, la ILP aprobada hoy prohíbe "las corridas de toros y los espectáculos con toros que incluyan la muerte del animal y la aplicación de las suertes de la pica, las banderillas y el estoque".Sin embargo, la misma iniciativa ciudadana no se aplica a "las fiestas con toros sin muerte del animal (correbous) en las fechas y localidades donde tradicionalmente se celebran", donde queda "prohibido inferir daño a los animales", añade la ILP.Al mismo tiempo, la ILP, que entrará en vigor el 1 de enero de 2012, establece que el gobierno catalán "determinará el importe de la compensación económica a los titulares de derechos subjetivos afectados"por esta ley en un plazo de "seis meses".Las compensaciones, según prevé la ley, "se trasladarán al presupuesto del ejercicio siguiente al de la fecha de aprobación o bien a lo que se derive del expediente indemnizatorio tramitado a este efecto".En el preámbulo de la iniciativa, los promotores de la ILP, la Plataforma Prou! (¡Basta!), argumentan que "el toro es un mamífero con un sistema nervioso muy cercano al de la especie humana", y destaca la sensibilización de la sociedad catalana respecto a la protección de los animales.Descenso de la aficiónTambién se subraya "el fuerte descenso en Cataluña de la afición a las corridas"y "el rechazo que producen"estos espectáculos "en muchas de las personas"que visitan Cataluña. El diputado del grupo Popular Miguel Cabrera Pérez Camacho, que fue el promotor de esta iniciativa cuando era parlamentario de las Agrupaciones Independientes de Canarias, precisó ayer a Efe que cuando se aprobó esta ley hacía diez u once años que en el archipiélago no se celebraban corridas de toros, por lo que no era una tradición arraigada en las islas.El objetivo de esta iniciativa, explicó Cabrera, era prohibir preferentemente las riñas de gallo, que sí estaban arraigadas en diferentes puntos de las islas, pero con respecto a ésta sólo se lograron restricciones, mientras que sí fueron prohibidas totalmente las peleas de perros, el tiro al pichón y las corridas de toros.Cabrera recordó que esta ley continúa vigente por lo que, salvo las peleas de gallos, en las islas está prohibido cualquier espectáculo sangriento con animales.Una de las pocas plazas de toros que existían en Canarias estaba situada en la capital tinerfeña aunque en 1983 se dejó de utilizar para este fin y se convirtió en lugar de conciertos, de celebración de actividades infantiles, actos del Carnaval o de ubicación de terrazas de verano.Una única plazaEn el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Santa Cruz de Tenerife, pendiente de aprobación, la plaza de toros tendrá un nuevo uso urbanístico. En Cataluña, la única plaza en funciona actualmente es La Monumental, en Barcelona, por lo que la abolición afectará a este coso, considerado talismán por el torero José Tomás.Aun así, las corridas son también una tradición taurina con historia en Cataluña, tal como han reconocido hoy todos los grupos parlamentarios. A pesar de esta raigambre, ya en 2006 Cataluña intentó una iniciativa similar a la que ha prosperado hoy en el Parlament, pero en esa ocasión no prosperó debido al final anticipado de la legislatura.No obstante, el 6 de abril de 2004, Barcelona se declaró ciudad antitaurina, a raíz de una declaración institucional que aprobó el ayuntamiento, también en votación secreta, con 21 votos a favor, 15 en contra y dos abstenciones.