Estreno
El héroe de la línea 36A
El siglo XX ha sido y es lo de los periodos más apasionantes e intensos de la historia de la Humanidad, por eso, cruzado el portón de la nueva centuria, uno creyó que todo estaba hecho, desde el fin de las ideologías a los protagonistas que las inspiraron y los héroes o miserables que gestó o palió cada una de ellas. Pero no. De vez en cuando nos sorprendemos con personajes anónimos y sin relieve social alguno que nos dan lecciones de gigante, pequeños David que se enfrentan a los Goliat de turno sin complejo y desde la más absoluta naturalidad. Me refiero, claro, a ese pedazo de trabajador de la empresa Latbus que conduce el autobús 36A de la línea Santomera-Murcia y que ayer fue escupido, zarandeado e insultado por otros trabajadores cuando él lo único que quería hacer era respetar los servicios mínimos en una huelga salvaje como la llevada a cabo por los controladores aéreos en diciembre del pasado año, y que cargó sobre la espalda de los ciudadanos todo el peso de su mala y errática forma de reivindicación. Pues bien, ese señor de la línea 36A se merece un monumento, además del reconocimiento público por ser un demócrata de tomo y lomo, de los que no existen habitualmente y a los que deberíamos imitar. Todo un ejemplo para los tiempos de radicalidad que vivimos, además de ser también todo un ejemplo como empleado laboral. ¡Bravo, conductor!
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