1931 por Julio Merino

Comenzó el 10 de mayo de 1931. La Segunda República acababa de proclamarse y un Gobierno Provisional, presidido por Niceto Alcalá Zamora, se hizo con el poder. Una de las medidas del Gobierno fue aprobar por decreto la libertad de cultos, y ello provocó una ola de anticlericarismo, que acabó con la quema de iglesias y conventos a nivel nacional. Más de cien edificios fueron incendiados. Se dice que cuando el Gobierno reunido en Consejo de Ministros tuvo información de lo que pasaba quiso imponer el orden por la fuerza, pero el ministro Azaña se opuso y dijo una de sus frases históricas: «La vida de un republicano vale más que todas las iglesias y conventos de España juntos».