Crisis en el PSOE
Tomás no te fíes
Si yo fuera Tomás Gómez, velaría día y noche para no ser despojado del poder democrático logrado por la vía de la democracia. TG no debe olvidar el calvario de José Borrell, que también osó derrotar al candidato de la Ejecutiva Federal. Sé que el trofeo ni el tiempo son equiparables. Sin embargo, los enemigos son más poderosos y más desalmados. Sus currículos lo atestiguan. Zapatero, Blanco y Rubalcaba. El primero engañó a Artur Mas sin inmutarse. Y a media España, con una frialdad de témpano. La capacidad de crueldad y malas artes superan con mucho la influencia de aquella ejecutiva que consiguió desposeer del botín democrático a Borrell para trasladárselo en forma de despojo a Joaquín Almunia. Las palabras de ZP aceptando y haciendo suya la victoria de Gómez, presenta más indicios de brindis al sol que de asunción del resultado de las urnas. Si tan paladín era de la democracia, ¿por qué obligó a Trinidad Jiménez a someterse a ese vía crucis, en lugar de dejar transcurrir con normalidad las previsiones estatutarias?, ¿por qué presionó a Gómez para que se retirara y dejara expedito el camino a su pupila? Zapatero –«por sus obras los conoceréis», señala el Evangelio– no perdona semejante linchamiento público. No lo ha hecho jamás. No va a olvidar que la humillación a que TG le ha sometido ha sido el ajusticiamiento como presidente, como secretario general del PSOE y como proyecto político. Sus mentiras y su incapacidad le han llevado, nos han llevado, al desastre económico y social. Por ello, Europa, el FMI, el BBVA, el Banco de España, la OCDE … le han desacreditado. TG le ha rematado. Imagino a ZP en plena reflexión diciendo «esto no va a quedar así». Así es la vida.
✕
Accede a tu cuenta para comentar