Castilla-La Mancha
La alcaldesa de España inicia su tercera década con más votos que nunca
Decir que Rita cuenta con el apoyo del PP nacional es una obviedad. Hay que unir cariño y admiración.
Valencia- La alcaldesa de España nació en Valencia hace 62 años, en el día de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, que siempre guía a las naves a buen puerto. La travesía de Barberá dura ya veinte años y los vientos soplan, en estas elecciones, más favorables que nunca.
Los sondeos apuntan a que la primera edil puede cumplir su sueño -que a veces insinúa como colofón de su carrera- de pintar de azul gaviota los dos tercios de escaños del hemiciclo municipal. Poco le falta: solamente uno y parece que el PSPV le está poniendo las cosas fáciles con un candidato escasamente conocido.
Periodista, hija de periodista que fue director de medios y presidente del gremio, la alcaldesa de Valencia siempre ha tenido un carácter abierto, a veces desbordante, y ha presumido de su profesión y condición. Además, es licenciada en Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales por la Universidad de Valencia, aunque los conocimientos en estas disciplinas los aplica a su gestión diaria, pero rara vez los reivindica, como sí hace con la profesión periodística.
En 1964 comienza a trabajar en Radio Valencia y compatibiliza el oficio con sus colaboraciones en el periódico Jornada. En 1968, curiosamente, asume la información municipal en la citada emisora, como si fuera un presagio iniciático y contracorriente al axioma, para convertirse años después en la protagonista de las noticias que ella narraba.
Hizo tribunales en plena Transición hasta el año 1978, en el periódico Levante y comenzó a informar sobre el urbanismo de una ciudad incipiente.
En 1978 asumió la jefatura de prensa del Gobierno Civil y en octubre dirigió el Gabinete de comunicación de la Confederación Empresarial Valenciana.
En 1991 concurrió como cabeza de lista a las elecciones municipales y, de la mano de la Unión Valenciana de entonces y de González Lizondo, arrebató la alcaldía a los socialistas. No la ha vuelto a perder hasta ahora y los peores presagios en estas elecciones no bajan de la mayoría absoluta.
Donde sí tiene todos los títulos y todos los masters es en su carrera política. En 1976 participó en la fundación de AP, hoy PP, y en 1983 ostentó su primer cargo público como diputada en las recién nacidas Corts Valencianes, como portavoz adjunta del PP. Y desde entonces hasta hoy: Rita Barberá es junto con el también popular Rafael Maluenda, los únicos diputados que han permanecido desde la primera legislatura.
«La jefa» como se le llama cariñosamente, integra el Comité Ejecutivo Nacional del PP desde 1993 y es solo menos «pepera» que Manuel Fraga. Su disciplina de partido, prácticamente marcial, se destaca en toda España y le ha hecho ser colaboradora estrecha y fiel ayudante tanto de José María Aznar como de Mariano Rajoy.
Tuvo a Francisco Camps como asesor, luego como concejal y más tarde como teniente de alcalde, y ahora es ella la más leal de sus colaboradores... y siempre ha estado en los momentos críticos.
Hoy protagoniza su proclamación con olor de victoria, de nueva victoria; con la presencia de María Dolores de Cospedal, a la que aprecia, respeta y obedece a rajatabla, pese a que, comparada con la alcaldesa, la aspirante a presidenta de Castilla-La Mancha es una principiante novel.
Rita es de las pocas personas a las que se les conoce por el nombre, hasta en los titulares de prensa, no hay polisemia posible, Rita solo hay una, la alcaldesa de Valencia.
En sus circunstancias, Joan Calabuig el candidato socialista sería como Peter Lorre en el Ugarte de Casablanca: «Rick, ¿me desprecias, verdad?.
Si pensara alguna vez en tí, sí, te despreciaría»
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