Yo quiero ser… por Paloma Pedrero

 Nuestros adolescentes «…sueñan con convertirse en adultos exitosos, independientes y capaces de lidiar con todo que se les presente. Dos de cada cinco señalaron que les gustaría triunfar en la vida, mientras que uno de cada tres espera ser muy trabajador o responsable. En un orden menor de preferencias se hallaban aquéllos a los que les gustaría ser libres, cultos, respetuosos, afectuosos, solidarios y hogareños». En fin, nada sorprendente. Puro reflejo de la sociedad desnortada en la que vivimos. Los modelos de nuestros chicos son Lady Gaga y Messi. Apenas ninguno nombró un científico o un escritor en este estudio. En realidad, la televisión e internet son sus maestros y, en ninguno de los dos espacios, tienen lugar destacado los pensadores o creadores o investigadores. Además no son guapos y no cantan ni bailan ni juegan al fútbol. Tampoco ganan mucho dinero, así que… un rollo. Nuestros jovenzuelos no leen libros apenas, no tienen contacto con la poesía. No hay en su universo nada que les acerque a lo espiritual. De modo que su imaginación corre hacia la nada con tremenda ignorancia. Y el golpe que se darán enseguida, cuando vean que no hay lugar para el dinero, la guapura y la fama, cuando descubran que ni siquiera hay posibilidad de elegir un trabajo digno, será implacable. Pobres criaturas nuestras, que tribu más descorazonada les ha tocado. Porque es la tribu la que verdaderamente educa a los niños. No obstante, me alegra que uno de cada tres quieran ser responsables de mayores. Lo más difícil de todo, ser responsable de uno mismo. Si lo consiguen, serán capaces de lidiar con lo que se les presente. Hasta con esta realidad inhóspita que les hemos legado.