Metedura de pata por Antonio PÉREZ HENARES

El director general de Tráfico ha dejado estupefactos a los sorianos (lugar de sus declaraciones y provincia más afectada), a los automovilistas, al mundo en general e incluso a los ciervos, si supieran leer, al afirmar que es «muy bonito verlos en las carreteras». A los ciervos, dice. La presencia de estos animales junto a corzos y jabalíes es causa de más de 500 accidentes anuales en esa provincia y de muchos miles en el conjunto de España. El resultado es que ellos acaben despanzurrados, haya víctimas humanas, los coches acaben hechos cisco y que los cotos de caza hayan de afrontar cuantiosas pérdidas. Pues a pesar de que la ley se mejoró, sigue habiendo jueces que cargan sobre los titulares la responsabilidad del siniestro, aunque en casos haya acelerón en vez de frenada, la señalización sea deficiente y sin tener en cuenta que en esos territorios donde no hay apenas mallas cinegéticas, la caza , «res nulius», o sea, no es propiedad de nadie, transite de un territorio a otro libremente.

A Pere Navarro todo esto le parece «bonito» y con ello se quitó de encima un problema cada vez más grave y que empeora cada año. Aparte de las numerosas piezas de caza menor que perecen sin daño para automóviles y automovilistas, las de caza mayor que también perecen en los impactos tienen repercusiones lesivas sobre vidas y bienes humanos.
Los cazadores son, tras los animales, los primeros sufridores del problema. Pero al señor Navarro ni parecen importarles los primeros, ni los segundos ni los automovilistas. Lo que ha dicho ha sido una verdadera tontería que en boca de un ajeno al asunto hubiera servido únicamente para risa de su ignorancia mema. Pero el problema es que este señor es el responsable máximo del tema, quien al menos debiera ser consciente del asunto y que por lo dicho está claro que no tiene ni la menor idea.