Buenos Aires
Ni está ni se le espera
Lunes, 6: morir
¿Qué es ahora el cine? Efectos especiales. Peleas, puñetazos, violencia, sangre, matanzas. Cuanto más cafre, mejor. Morir en el cine ya no impresiona. Morir compitiendo, sí. El japonés Shoya Tomizawa, con sólo 19 años, se ha encontrado con la muerte, como saben, en Misano. «Muerte en Venecia», aquella película, y muerte en Misano. Shoya, según leo, era «un mago en el arte de caerse», y presumía de ello: «De la cuna, me contaba mi madre, me caía en cuanto se descuidaba. No he perdido ese hábito». Jorge Lorenzo, que ve las cosas del motociclismo como realmente son, competitivas sin piedad, agónicas, ha dicho que «en su trabajo hay que jugársela e ir al límite». Así es el motociclismo. Sin efectos especiales.
Martes, 7: honrar
En mi árbol genealógico hay una rama francesa, luego, claro, de vez en cuando soy chovinista. Hoy lo soy y mucho. La Selección de España de Fútbol ha sido honrada con el Premio Príncipe de Asturias del Deporte y el Premio Príncipe de Asturias, a su vez, ha sido honrado por la Selección de España de Fútbol. Así de recíprocamente justo.
–¿A qué atribuiría usted –me preguntaban recientemente en una conferencia-coloquio– los resonantes y ecuménicos éxitos del deporte español en tantas especialidades?
Me salió del alma:
–No lo manejan los políticos. Es una «autonomía» sin diputados, afortunadamente.
Miércoles, 8: hijos
Los hijos, cuando son pequeños, quieren a sus padres; de mayores, los juzgan y a veces hasta los perdonan, escribió Oscar Wilde. Argentina se ha ciscado en «su madre patria», o sea, en España, y le ha endilgado cuatro inmisericordiosos cachetazos de noqueo. ¿Tan bien juega Argentina, tan mal juega la campeona del mundo? Ni lo uno ni lo otro. El fútbol es también él y sus compromisos y sus viajes. Se está abusando de la Selección de Del Bosque. El viaje de ida y vuelta a Buenos Aires (más de 24 horas en avión en un acelerado ir y venir) ha sido un disparate de bulto por dos razones: Argentina jugó a chorrear, y España jugó «de entrada» con la alineación «no ideal». Cuando el adversario se llama Argentina, la obligación de España es contar desde el principio sin piedad alguna con los mejores (Casillas, Xavi, Torres...). Contra los muy buenos, siempre los muy buenos. Es de esperar que Del Bosque, tan «muy bueno» (lo es, ni se dude), no vuelva a ser tan «muy bueno».
Jueves, 9: lema
Segundo «dolor (también indiagnosticado, también impensado) de la semana: la derrota-K.O. de España en el Mundial de baloncesto. Serbia interpretó ortodoxamente el lema olímpico «citius, altius, fortius». Los jugadores serbios fueron, en efecto, más rápidos, más altos y más fuertes. Sin Paul Gasol,y sin desmerecer a nadie, la Selección de Scariolo es como el Barça de Guardiola sin Messi.
Sábado, 11: bien y mal
El 0-2 del Hércules al Barça, de cine tipo «Lo que el viento se llevó». Colosal. A mí siempre me cayó mejor David que Goliat. Algo marxista, a veces, sí soy. ¿A quién puede interesar, competitivamente, una Liga de dos leones (Barça y Real Madrid) y dieciocho corderos? ¿A quién?
Estadio Bernabéu. «Brotes» de pitos. El Real Madrid de Mourinho ni está ni se le espera. Aún. «Lo de Mou es el fútbol de sacos terreros para que el adversario no pase. Quien lo va a pasar bien esta temporada, incuestionablemente, es Casillas. Le van a hacer muchos menos goles», un «analista», tras el tísico 1-0 al Osasuna o a Osasuna.
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