Calvario

Quería hoy dedicar este espacio a quienes, tras ver sus derechos vulnerados, no perciben ápice de justicia. También a los que una sentencia les quitó la razón aun teniéndola. Además, mandar fuerzas a todos los que han sufrido una desgracia y no han tenido el respaldo y la comprensión que tuvimos otros.

Pienso muchísimo, como creo que todos los ciudadanos, en la madre de Ruth y José, ya más de un mes sin poder abrazarlos, y en la familia de Marta del Castillo. Que se prolongue el calvario que están viviendo lo sufrimos todos.

Ojalá que compartir su dolor consiga hacerlo más pequeño. Pero si hay algo más duro que el asesinato de un hijo, es no saber dónde está o no poder enterrar sus restos. Si al menos hubiera una esperanza en el juicio…, pero nada se aclara acerca de una desaparición que pronto cumplirá tres años.

Que los acusados digan que las torturas motivaron sus confesiones, como hacen los etarras sistemáticamente, es hiriente, ya que los policías se juegan el puesto si rozan a un detenido. Los únicos torturados que recuerdo lo fueron por los GAL, terrorismo de Estado, como me contó el que fuera fiscal durante treinta años en la Audiencia Nacional Ignacio Gordillo, para poder escribir sus memorias.

Todo esto hace que no haya nada más deseado que poder poner fin al calvario que viven tantas familias.