Cómo sacar partido a las banderas del Mundial

«Es una pena que boicoteemos un poco el desfile por los abucheos, pero es que hay que hacerlo», comentaba Rafael de 54 años. Incluso un pequeño altercado protagonizado por una persona, que recriminó al resto de la misma zona por empañar la fiesta con los gritos. Afortunadamente, no fue a más, pero el individuo tuvo que soportar unas críticas aún más intensas tras el incidente.

Desde primera hora de la mañana, el paseo de la Castellana se vistió con sus mejores galas para arropar a los verdaderos protagonistas, las Fuerzas Armadas. Un miembro de la Unidad Militar de Emergencia (UME) reconocía su nerviosismo antes de la parada: «Estoy ansioso por desfilar y sentir el calor de la gente». Uno de sus compañeros, que no ha tenido la suerte de desfilar, les animaba. «Llevo cinco años en el cuerpo y todavía no me ha tocado, pero espero tener suerte el próximo año», comentaba.

Los más madrugadores llegaban a eso de las nueve y media para coger sitio en primera fila, ataviados con banderas rojigualdas. También en los balcones colgaba el emblema nacional. Eso sí, la mayoría «recicladas» del pasado verano, adquiridas cuando la selección española se proclamó campeona del mundo en Sudáfrica. Incluso en una de ellas, en primera fila, se podía leer: «¡Juntos, Campeones!».

Pasadas las diez, enormes problemas para coger un sitio «aceptable». «Hay mucha más gente que el año pasado», relataba Carmen, madre de dos niños y una niña, que llegaron con el tiempo justo. «El año pasado llegamos a las diez y nos pudimos colocar en primera fila».

Ayer, sin embargo, tuvieron que aupar a sus hijos a hombros, no sin antes soportar el enfado de Sergio, de 5 años, por no tener sitio. «No importa, todo sea por que lo vean bien». Mejor colocado estuvo Alberto, de 6 años, que incluso se aventuró a dar detalles de los vehículos, «¡Mira, mamá, ése es el nuevo blindado!»

No faltaron los que se aprovecharon de las jardineras, marquesinas de autobús y cualquier otro elemento arquitectónico para conseguir una mejor visión. Los más previsores directamente se llevaron escaleras portátiles. Todo con tal de obtener una mejor panorámica del desfile, ante la ausencia casi total de pantallas gigantes. Y es que tan sólo hubo un plasma en todo el paseo de la Castellana, de no muy amplias dimensiones y ubicado sólo a la vista de la tribuna de prensa.

Los guardias civiles, los paracaidistas y los legionarios fueron los que más aplausos y ovaciones recibieron. Con gran expectación se esperó a estos últimos y su «cabra» al frente, a los que distanciaron del resto por su mayor velocidad de paso. También los aviones y los helicópteros fueron especialmente aplaudidos. La meteorología les concedió una «tregua» de unas horas, suficiente para poder volar, ya que un cielo encapotado hubiera impedido su participación.


La Legión no soltó a «Manolo»
- Una de las protagonistas de cada 12 de octubre es la «cabra de la Legión». Este año se trataba de un carnero de nombre «Manolo», que además marchó atado, cuando tradicionalmente el animal va «suelto».
- Como cada año, fueron muchos los que acudieron simplemente para prestar atenciónal famoseo presente en el desfile. Tras el homenaje, se pudo ver a un amplio númerode personas haciendo preguntas a los policías nacionales. Querían saber por dónde saldrían las principales autoridades, con los ministros y la Familia Real como principales reclamos.

La convocatoria de la «marea naranja»
- El Ministerio de Defensa atribuyó ayer los silbidos y abucheos al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante el desfile con motivo de la Fiesta Nacional a «pequeños grupos organizados» que habían sido «convocados» a través de las redes sociales, como facebook y twitter, y de mensajes de texto vía teléfono móvil. Según el diputado socialista, Jesús Cuadrado, los autores de los gritos se han preocupado para ocupar lugares «estratégicos» entre el público que asiste al desfile para «utilizar la fiesta de la concordia de una manera espúrea».
- Del mismo modo, las Juventudes Socialistas de Madrid (JSM) denunciaron la supuesta convocatoria, que las Nuevas Generaciones del Partido Popular de Madrid, habrían organizado a través de la red social Twitter.