Llamada a la orden

MADRID- Entre caballeros no se ha de llamar al orden, sino a La Orden del Toisón. El pasado lunes el Rey Don Juan Carlos impuso el Toisón de Oro a Nicolas Sarkozy, siendo ésta la más alta condecoración que concede la Corona y coincidiendo con la exposición «La Orden del Toisón de Oro y sus soberanos ( 1430-2011)» de la Fundación Carlos de Amberes. Un recorrido artístico a través de la historia y las tradiciones de esta «Insigne Orden» fundada en el SXV por Felipe El Bueno, duque de Borgoña, para defender los ideales caballerescos. El maestrazgo de la institución pasó a la corona de Castilla cuando Felipe el Hermoso, hijo y heredero de María de Borgoña, se casó con Juana I de Castilla; actualmente su jefatura pertenece a Don Juan Carlos I.

La orden de caballería más prestigiosa del mundo se nos presenta a través de obras pictóricas y retratos cortesanos de maestros como Velázquez, Rubens, Carreño de Miranda, Pantoja de la Cruz, Velázquez, Goya o la renacentista Sofonisba Anguissola. Todo un viaje por las cortes entre esculturas de Leone Leoni y su hijo Pompeo, tapices, códices, collares de la orden y armaduras procedentes de la Armería Imperial de Viena y la Real de Madrid. Obras y elementos de un rico contenido simbólico como la joya del toisón del Rey o el collar del duque de Wellington. En el retrato de Carlos II por Juan Carreño de Miranda queda representada la fastuosidad y solemnidad que se utilizaba en el rito.

El nombre de la orden hace referencia al mito griego del vellocino de oro que aportaba prosperidad a quien lo poseyer, evocando el heroísmo que Jasón y los argonautas demostraron para repatriar a Grecia el talismán. Y es ésta la imagen que pende de los collares que todavía se entregan a los caballeros en su investidura. No es casualidad que el retrato de San Andrés, patrono de la Orden del Toisón, presida desde 1639 la sede de la Fundación con la excepcional pintura de Rubens que representa su martirio en la cruz de Borgoña, ya que esta institución comenzó siendo un hospital de acogida llamado San Andrés de los Flamencos. Aún quedan caballeros, conozcamos su historia.