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ANÁLISIS En qué cambia la Red

La Razón
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¿Hay continuidad o ruptura en la estrategia y metas de la organización?
La línea doctrinal y de acción es esencialmente continuista. Fue Al Zawahiri quien persuadió a Ben Laden de la necesidad de extender los asesinatos más allá de cada Estado nación, y de potenciar la capacidad de entramados islamistas de implantación local para internacionalizar la lucha armada. Se mantendrá la apuesta por una ofensiva transnacional contra «el enemigo lejano»: Estados Unidos y sus aliados.

¿Hay una alteración de los métodos criminales y los blancos preferentes?
La yihad se fortalecerá en dos vectores. De un lado, en zonas de conflicto en las que Al Zawahiri considera que se humilla a los musulmanes. De otro, en el corazón de Occidente, en naciones en las que las aspiraciones políticas de los seguidores de Mahoma no son respetadas. El viejo líder de la Yihad Islámica egipcia ha demostrado ciega obsesión por desarrollar armamento biológico, químico y radiológico.

¿Hay relevo también en los hombres de confianza de la cúpula terrorista?
Podría haberlo. Son tres las familias en la arquitectura global de Al Qaida: la norteafricana, la sudasiática y la árabe. La primera atraviesa un momento de pujanza, con el ascenso de argelinos, marroquíes o libios. A la segunda se recurrió en el escenario pre 11-S. En adelante prevalecerá la rama auténticamente árabe: egipcios, saudíes, sirios o jordanos.

¿Hay riesgo de escisión en Al Qaeda?
No conviene descartarlo. Su avanzada edad restará energías en el mando al nuevo líder. Sin embargo, su mano dura puede abrir heridas entre las organizaciones que conforman por agregación la gran multinacional del terror. Para Al Zawahiri, la perseverancia y la paciencia en la guerra contra los cruzados pierden todo su valor si no se engrasan por un liderazgo férreo y ejemplar.