España

Un sinsentido para Europa por Pablo Zalba

La Razón
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En un momento como el actual, marcado por la crisis y las restricciones presupuestarias, la convocatoria de una huelga general se convierte en un elemento que no contribuye más que a profundizar en la compleja situación de la economía española.

Algunos expertos han cifrado el coste de un día de huelga entre los 2.000 y 4.000 millones de euros, un dato que si lo extrapolamos al PIB puede suponer una reducción de entre 4.000 y 5.000 millones de euros. Precisamente los que trabajamos fuera de España somos todavía más conscientes del daño que causan este tipo de actos en una de nuestras principales fuentes de ingresos como es el turismo.

Momentos extraordinarios como el actual exigen que todos rememos en la misma dirección y apostemos por sumar esfuerzos, por arreglar la actual situación, lejos de impedimentos y dificultades. Si a una gran parte de los españoles nos sorprende el sinsentido de la huelga, a nuestros colegas europeos todavía mucho más. Es necesario que adoptemos medidas que nos permitan mejorar la situación. Con esta premisa trabaja el Gobierno español, tal y como queda patente en medidas como la reforma laboral, que está empezando a dar sus frutos y ya se atisba un freno en la destrucción del empleo. Prueba de ello es que los últimos datos del paro reflejan un incremento del 34,4% de las contrataciones indefinidas respecto a 2011.

Por otro lado, las Pymes juegan un papel clave en la economía del país y es necesario que se pongan en marcha mecanismos que las convierta en más competitivas. Desde el Gobierno central se está apostando por que permitan alcanzar el objetivo de estabilidad presupuestaria sin dejar de lado el gasto social y potenciando la recuperación. Pero estos esfuerzos exigen que, lejos de huelgas políticas, se defiendan los intereses de los trabajadores españoles con medidas concretas que permitan mejorar el empleo y no ahondar en acciones que inciden directa y negativamente en la economía del país.