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«La culpa es del botellón»

Nunca llueve a gusto de todos, y mientras para los vecinos el cierre de los locales es garantía de tranquilidad y descanso, para los empresarios es la ruina. «Una discoteca podía cambiar de actividad para ser restaurante, pero no a la inversa

LIMPIEZA Y CALMA. El cierre de los locales ha cambiado el paisaje de esta zona de Argüelles
LIMPIEZA Y CALMA. El cierre de los locales ha cambiado el paisaje de esta zona de Argüelleslarazon

Conseguir licencia de bar era fácil, pero de pub era imposible», explica uno de los propietarios de uno de los bares que cerraron el año pasado.
Para los vecinos la decisión de adelantar el cierre por las noches ha sido la más acertada, porque por la noche reina la tranquilidad en Aurrerá y pueden dormir, sin voces, y lo que es más importante, pueden amanecer con las calles limpias y sin «sorpresas».

«Ahora estamos muy contentos. Antes esto estaba lleno de borrachos e incluso pasábamos miedo», manifestó Paco a este diario, uno de los conserjes de la calle Gaztambide. Mientras los vecinos están contentos, los empresarios que se dedican al ocio nocturno piensan que ha supuesto un golpe mortal y consideran que se trata de una decisión injusta e inconcebible porque todo esto no es problema de los hosteleros. «Lo que no tiene sentido es que por la inacción de la Administración se reduzca la actividad empresarial. El sector aporta el 3 por ciento del PIB regional y es uno de los principales reclamos turísticos. Tenemos el problema del botellón y por el efecto colateral repercute en el área de ocio y la administración no hace nada para abolir el botellón. Nosotros tenemos que luchar por nuestro negocio».

Sus quejas apuntan a que la reducción del horario una hora consiguió hundir decenas de negocios, «obligarnos a cerrar a las 2:00 de la madrugada, provocó que los jóvenes fueran a otros sitios que cerraban más tarde, pues es la hora de mayor funcionamiento de los locales y que fueran abandonando los bares de la zona de Argüelles», explica un portavoz de Nochemadrid.

 Pero los empresarios son conscientes de que el cambio en la normativa municipal no es la causa de todos los males y señalan al beber en la calle como el factor responsable de la implantación de esta iniciativa, ya que los jóvenes beben en la vía pública y esto era la principal queja de los vecinos. Los colectivos de empresarios consideran que esta medida es desproporcionada, porque «pagan justos por pecadores», ya que el botellón ha hecho que se dé esta desgracia, «ellos son los verdaderos responsables del problema existente en Aurrerá», señaló el portavoz.

Además, los empresarios hosteleros de la zona dirigen sus miradas a otra nueva norma que creen que también les perjudicará: acatar una supone la mayoría de las veces saltarse otra, y por eso los empresarios están preocupados por la recién estrenada ley Antitabaco. Creen que aumentará el problema del botellón pues invita a beber fuera de los locales nocturnos también durante el invierno, y por tanto, agravará la problemática del ruido. Muchos temen que la entrada de muchos bares se convierta en pequeños «botellones» formados por la gente que sale a fumar a la calle con la copa en la mano.


Multas a partir del próximo mes
La nueva Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica establece, por primera vez, multas de entre 300 y 600 euros a quienes causen molestias por el ruido mientras consumen bebidas en la vía pública y zonas verdes. La conducta de los bebedores sólo será sancionable si se produce entre las 23:00 y las 07:00 horas. El objetivo no es otro que el de velar y garantizar el descanso de los ciudadanos. Esta nueva medida, que se aplicará una vez que la norma reciba luz verde en el Pleno de este mes, no es la única que contempla la ordenanza. También habrá limitaciones en reducción de horario de locales o insonorización.