Siria

Una boda para recuperar la era dorada de la monarquía

La boda que este viernes unirá en matrimonio al Príncipe Guillermo y a su prometida, Kate Middleton, en la Abadía de Westminster aspira a rememorar la época dorada de la Casa Windsor, que ha visto cómo la creciente popularidad recabada por la pareja multiplicaba la atención hasta convertir al enlace en el mayor evento real de la historia, con una audiencia récord prevista en más de 2.000 millones de espectadores en todo el planeta.

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A partir de las 11.00 horas (una hora más en la España peninsular), comenzará una ceremonia cuya gestación obliga a remontarse hasta el año 2000, cuando el primogénito del Príncipe de Gales optó por la Universidad de Saint Andrews, en lugar de las más célebres de Oxford o Cambridge, sellando así parte de su destino. No en vano, fue en la institución escocesa donde conoció a la que, once años después, se convertirá en su mujer y que allá por el año 2000 había apostado por los mismos estudios de Historia del Arte por los que se había decantado el primogénito del heredero a la Corona.

Kate Middleton, procedente de una acomodada familia que ha cimentado su fortuna con la venta de artículos para fiestas, carece de vínculos con la realeza y, de hecho, sus antepasados trabajaron como mineros en las explotaciones del carbón. Sin embargo, cuando mañana cruce el pasillo central de la Abadía de Westminster del brazo de su padre, Michael Middleton, pasará a formar parte de uno de los linajes más antiguos de las monarquías europeas.

Hasta 50 jefes de Estado, 46 representantes de monarquías extranjeras, miembros del Gobierno británico y de la oposición, así como diversas personalidades de la sociedad civil y celebridades, se concentrarán para un enlace cuya lista de 1.900 invitados ha provocado polémicas. A la presencia de representantes de países criticados en la esfera internacional por su trato a civiles, como Bahréin, o el finalmente retirado de la lista embajador de Siria, se suma la sonada ausencia de los más recientes ex primeros ministros Tony Blair y Gordon Brown.

En cualquier caso, las rencillas no han reducido el foco mediático para una cita que, según los expertos, ha congregado el mayor despliegue para una ceremonia nupcial en la historia, con hasta 12.000 profesionales dedicados en exclusiva que se esperan la próxima jornada en Londres y una auténtica miniciudad mediática que ha transformado el paisaje del centro de la ciudad. CIFRAS
La cantidad total de la boda supera los 22 millones de euros, hasta más de mil veces la media de los poco más de 21.000 euros que cuesta una boda en Reino Unido. Parte de este desembolso irá al clave dispositivo policial, con 5.000 agentes responsables del normal curso de una jornada que prevé unas 600.000 personas desplazadas expresamente.

Una página web
En cualquier caso, los contrayentes aspiraron desde el principio a conferir al enlace aires de modernidad, especialmente ante su propia trayectoria común, durante la que compartieron piso en los años universitarios. Una de las primeras decisiones fue la promoción de una página web específica para informar de los detalles del evento, la misma que esta jornada sirvió como plataforma para publicar el programa oficial, antes de su distribución mañana por dos libras a lo largo de la ruta por la que circulará el cortejo nupcial.

El documento confirma que, al igual que había hecho Diana de Gales en 1981 durante su boda en la Catedral de San Pablo, Kate Middleton no incluirá la promesa de "obediencia"a su futuro esposo en los votos que pronuncie en el oficio matrimonial, que dirigirá el arzobispo de Canterbury.
Asimismo, el guion muestra la apuesta por compositores ingleses para otra de las protagonistas, la música. La entrada de la novia irá acompañada por la pieza que Harry Parry preparó para la coronación de Eduardo VII en 1902, a la que seguirán otras de indudable toque británico, como el 'Crown Imperial' que ya había sonado en la boda de los padres del Príncipe en 1981 o 'Jerusalén'. Los responsables de las interpretaciones, los coros de la Abadía de Westminster y de Saint James Palace y la Orquesta de Cámara de Londres.

La ceremonia contará con el deán de la Abadía de Wesminster como conductor y responsable de recibir a la novia, mientras que el obispo de Londres se encargará de la homilía y el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, de oficiar el matrimonio. Los testigos serán los padres y la hermana y dama de honor de Kate Middleton, Philippa, por una parte; y Carlos de Inglaterra, su esposa, la Duquesa de Cornualles, y el Príncipe Enrique, por otra.

Planes para después del acontecimiento
A continuación, los ya marido y mujer abandonarán el templo para presidir el tradicional cortejo que los llevará hasta el Palacio de Buckingham, donde tendrá lugar una celebración a base de canapés para unos 650 invitados y, posteriormente, una cena para los más allegados a la pareja, hasta 300. Esta última parte, sin embargo, no contará tampoco con la presencia de la Reina, que abandonará el complejo junto a su marido, el Duque de Edimburgo, tras la recepción inicial, con el objetivo de pasar el fin de semana fuera y dejar el palacio para la celebración de las nupcias de su nieto.

Antes, sin embargo, Isabel II protagonizará el habitual posado en el balcón junto al ya matrimonio y las respectivas familias, testigos directos del tradicional beso al que saludará el paso de los aviones de la Real Fuerza Aérea que dibujarán el cielo con los colores de la bandera británica. Será el punto final público a un recorrido que durará unos 75 minutos a bordo de un State Landau descapotable, si las condiciones meteorológicas acompañan.

De lo contrario, harán el recorrido en un carruaje de cristal, que partirá del exterior del templo, inundado desde principio de semana por campistas aspirantes a la mejor tribuna. El destino inicial, Parliament Square, donde la pareja tomará la Avenida de Whitehall hasta su desembocadura en Trafalgar Square, donde el itinerario girará hasta el Mall, el corredor que conduce hasta el Palacio de Buckingham. 

La alianza de Kate Middleton fue creada por el reputado joyero Wartski
El anillo de casada de Kate Middleton, una alianza sencilla, fina y dorada, fue fabricado por la reputada joyería Wartski, según confirmó hoy un portavoz de esa firma. Como viene siendo tradición en las bodas reales en el Reino Unido, la joya fue creada a partir de una pepita de oro de la mina Clogau St David en Bontddu, al norte de Gales.

La reina de Inglaterra, Isabel II, entregó el anillo a su nieto, el príncipe Guillermo, como regalo para marcar el día de su matrimonio con Catherine Middleton, que se celebra este viernes en la Abadía de Westminster de la capital británica. La joya fue depositada hoy en manos del padrino de boda, el príncipe Enrique, hermano menor del novio, quien será el responsable de llevarla hasta la Abadía.

El hijo mayor de Carlos de Inglaterra ha elegido no llevar el anillo de casado después de su enlace con Kate Middleton. Al fabricante Wartski, con sede en la céntrica calle londinense de Grafton Street, muy cerca del Palacio de St James's, y con una larga y consolidada tradición joyera, también se le encomendó la fabricación de los anillos de boda que lucieron el príncipe de Gales y la Condesa de Cornualles, Camilla, en 2005.

Wartski también se encargó de las alianzas del sobrino de Isabel II, el vizconde Linley y Serena Stanhope. Esta reputada casa de joyeros fue fundada en 1865 en Bangor, al norte de Gales, por Morris Wartski, el bisabuelo por parte de madre del actual presidente del negocio. La empresa, que posteriormente se trasladó a Llandudno, también en Gales, floreció bajo el auspicio del rey Eduardo VII.

Un portavoz de la firma admitió que es un "gran honor"para esa casa haber "sido parte"del evento real. Desde que la Reina Madre estableció esta tradición en 1923, el oro proveniente de esa mina galesa ha sido el empleado por los recién casados en la familia real. El anillo que llevó la Reina Madre, el de Isabel II en 1947, el de la princesa Margarita en 1960, el de la princesa Ana en 1973 y el de la malograda Diana de Gales en 1981 proceden todos de esa misma mina.