Cataluña
El fin de la sexta hora de Primaria levanta críticas
Los sindicatos denuncian que la medida sólo busca destruir empleos
Barcelona- Artur Mas lo insinuó en su balance de cien días al frente del Govern y lo certificó el jueves frente a las cámaras de televisión. La sexta hora de Primaria tiene fecha de caducidad. Alargar una hora la jornada escolar de los alumnos de los colegios públicos –pasando de 875 a 1.050 horas lectivas al año–, ha durado poco. Uno de los emblemas acordados en el Pacto Nacional de Educación, que se empezó a implantar en el curso 2006-2007 para igualar horarios entre la red pública y la privada-concertada,pasará a mejor vida a partir de septiembre, al inicio del próximo curso.
El president aseguró que la liquidación se hará en los centros en los que no se haya vislumbrado una mejora pedagógica, pero todo apunta a que el nuevo recorte del Govern afectará a todos los colegios públicos. Si el guión sigue tal y como parece estar previsto, será el lunes, en la reunión de la mesa sectorial que la conselleria llevará a cabo con los sindicatos, cuando los docentes conozcan cómo afectará el final de la sexta hora a los centros. Para poder alargar la jornada, en 2005 se firmó un acuerdo sindical en el que se reducía la jornada laboral de los maestros de Infantil y Primaria de 25 a 23 horas semanales, lo que ha supuesto contratar a más de 4.000 docentes desde entonces.
Si se finiquita la sexta hora, los sindicatos temen que los maestros vuelvan a ampliar su jornada a las 25 horas semanales y que se reduzcan las plantillas en proporción. «Cada centro podría perder uno o más maestros en función del número de clases que tengan, si a este factor le sumamos que hay previstas 2.000 jubilaciones y que aumentará el número de alumnos en septiembre, las cargas para la red pública pueden ser nefastas», alertaron desde el sindicato CC OO.
Tanto UGT como Ustec-Stes se sumaron a las críticas por la supresión de la medida ya que, en su opinión, está íntimamente relacionada con los recortes presupuestarios y no con su valor pedagógico y subrayaron que además de que puede aumentar las desigualdades con la red pública-privada, que podrá seguir implantando la sexta hora por no estar subvencionada.
La oposición política también se subió al carro de las críticas. El presidente de ERC, Joan Puigcercós, se mostró contrario a una medida que «discriminará» a la escuela pública y, desde ICV, Dolors Camats acusó a Rigau de «dinamitar» el Pacto Nacional de Educación y de «estar obsesionada» con volver al pasado».
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