Comunidad de Madrid

Aguirre calma a un alcalde que se declara «enamorado» de la presidenta

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, tuvo que ‘calmar' este martes a un alcalde que se declaró "enamorado"de ella como presidenta regional y que reconoció tener dificultades para hablar en su presencia. "Tranquilo, alcalde, que hablo yo primero y tú te vas tranquilizando"le dijo Aguirre, que al final acabó bailando un pasodoble con el regidor.

La anécdota surgió en la pedanía de Serracines, en el curso de una visita por el Este de la Comunidad de Madrid para inaugurar varias obras financiadas por el Plan Prisma, dotado con 700 millones de euros para esta legislatura. Allí fue recibida, a ritmo de pasodoble, por el alcalde de Fresno de Torote, Mariano Blanco.


El regidor elogió a la presidenta regional, asegurando que le transmite "seguridad, lealtad, tenacidad, confianza y honradez". "Esperanza Aguirre no distingue ninguno de los colores, sólo el color de su bandera", proclamó. El alcalde reconoció que le estaba costando "la tira"expresarse porque Esperanza Aguirre le tiene "enamorado como presidenta"y al final tuvo que ceder su turno de palabra ante el estado nervioso que presentaba.


"Tranquilo, alcalde, que hablo yo primero y tú te vas tranquilizando"ha dicho Aguirre al primer edil, al que le ha comentado que su emoción era compartida. Además, ha señalado que la visita le ha servido "para constatar el cariño, el calor y la ilusión"que los vecinos de esta zona sienten por ella. Posteriormente, la presidenta y el alcalde acabaron bailando un pasodoble ante las puertas de la iglesia de la localidad.


En su visita, Aguirre se ha dado este martes un ‘baño de masas' en dos municipios del Este de la región a cuenta del Plan Prisma, dotado con 700 millones de euros para esta legislatura. Acompañada por el consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Francisco Granados, la jefa del Ejecutivo autonómico ha viajado hasta Ajalvir (3.700 habitantes) y Fresno de Torote (2.000 residentes), donde ha podido comprobar de primera mano el adoquinado de las calles y la remodelación de la plaza Mayor.


Entre vítores y gritos de ‘guapa', la presidenta madrileña ha paseado por Ajalvir con el bastón de mando en mano, ha conocido el interior de su iglesia y ha firmado en el libro de honor del Ayuntamiento, donde ha expresado su gratitud al alcalde y a la Corporación municipal por trabajar por los vecinos de la localidad y los madrileños en general.