De poder a poder

El Barcelona y el Real Madrid estuvieron a la altura del mejor partido que se puede ver en estos momentos. La polémica nacionalista no pudo tapar un hermoso encuentro de fútbol, jugado de poder a poder y en el que cada uno mostró sus armas y tuvo sus momentos. Lejos quedan también los polémicos clásicos de pasadas temporadas. Fútbol y sólo fútbol, como siempre debió ser. Tras un comienzo igualado, el Madrid empezó a sentirse más cómodo en el campo. Presionó fuerte arriba para impedir los movimientos del Barcelona y logró robar muchos balones. Pero no sólo apostó por el contragolpe, también se adueñó de la pelota en algunos momentos, como en el primer gol, que llegó tras una jugada trenzada. El Barcelona estaba muy lejos del área de Casillas, lo que es sinónimo de incomodidad, pero tras lograr el empate empezó a reconocerse a sí mismo. Monopolizó más la pelota y terminó la primera parte con sensación desuperioridad. De nuevo el Madrid empezó fuerte a la vuelta del descanso, aunque Messi acabó rápido con ese dominio con su perfecto lanzamiento de falta. Leo volvió a ser verdugo del Madrid al igual que Cristiano del Barcelona. Las estrellas estuvieron a la altura del partido. Fueron decisivos. No estuvieron excesivamente participativos en el juego, pero sí acertaron en las ocasiones que tuvieron. Fueron los finalizadores perfectos en un duelo en el que mandaron Özil e Iniesta. El Real Madrid tampoco se vino abajo tras la segunda diana de Messi. Por momentos, pareció que el Barcelona se iba a hacer dueño del encuentro con posesiones infinitas, como sucedía hace no tanto. Pero esos tiempos ya pasaron y los dos conjuntos se miran ahora a la cara.Cristiano logró el empate a dos (séptimo gol en los últimos seis duelos contra los azulgrana) para congelar el clásico algunos minutos. El Barcelona tuvo un arreón final que cerca estuvo de darle los tres puntos. Si el equipo de Mourinho perdonó al comienzo, sobre todo con la acción clarísima que Benzema estrelló en el palo, el conjunto de Vilanova lo hizo al final, con el poste de Montoya y alguna acción más de Pedro. El empate premió el esfuerzo de ambos.

LOS ENTRENADORES
Vilanova sorprendió con Adriano
Piqué no llegó a tiempo al clásico y el puesto de central, que parecía seguro para Song, fue para Adriano. El brasileño no desentonó en una posición que le es desconocida. En la parte de arriba apostó por Iniesta en lugar de un extremo para asegurar la posesión de balón y liberó a Fàbregas para que actuara de nueve falso. Montoya entró por el lesionado Alves, hombre por hombre. El Barcelona acabó el partido con el dibujo de siempre, con dos jugadores muy abiertos, cuando Alexis sustituyó al «4» azulgrana.

Mourinho, con su equipo más clásico
«Si miráis partidos anteriores, tendréis el patrón de quién va a jugar», aseguró Mourinho en la previa. No engañó y se decantó por el equipo clásico. Nada de «trivote» y apuesta por los mejores jugadores con una presión alta al rival. Entre esos mejores estaba Özil, que recuperó su mejor versión en un campo que se le da especialmente bien. Para el lateral izquierdo esta vez mantuvo a Marcelo en lugar de Coentrao, que el año pasado solía aparecer en los partidos importantes, sobre todo, contra el Barcelona.