Teatro

Córdoba

El show de Fernando Arrabal

El show de Fernando Arrabal
El show de Fernando Arraballarazon

Madrid- Si deslumbrante estuvo el lunes la puesta de largo del espacio Arte y Cultura con un brillante Mario Vargas Llosa, mucho más caótico fue el paso de Fernando Arrabal por el espacio anexo al coso venteño. El dramaturgo, fiel a su guión, apareció con un look de lo más extravagante adornado con gafas y antifaces en la frente. Entre las manos, una pequeña botella a modo de petaca de la que entre pregunta y pregunta daba pequeños sorbos. Tras atender, a su manera, a los periodistas presentes, Arrabal –que dijo desconocer «qué es la pasión»– lamentó en su intervención «no poder hablar de gatos y vacas locas en este homenaje a la Modernidad, que vive un gran momento». Sobre ésta, Arrabal recordó que existe «antes que la primera plaza de toros en Córdoba, donde, en 1073, Averroes y Maimonides se sentaron y demostraron que en la vida y el arte todo es posible, puesto que la moral no existe». Entre estas divagaciones transcurrió su coloquio «Toros, rinocerontes y patafísica». De los primeros, poco; salvo su recuerdo al antiguo novillero Diego Bardón y el anuncio de su desembarco desde París el próximo 23 de mayo para tirar sus gafas a Morante de la Puebla: «Vino un día a mi casa y le expliqué que no se puede ser torero sin ser torero-pánico y que es necesario antes de salir a la plaza darte una autocornada». Un término que él mismo cumplió ayer a rajatabla sin importarle demasiado el esfuerzo hecho por la empresa.