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850 años de una diócesis pequeña pero muy viva

El obispo de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa, apuesta por llevar a la calle el evangelio en el día a día

El actual obispo, Raúl Berzosa, con los que han sido obispos en la Diócesis de Ciudad Rodrigo en los últimos años
El actual obispo, Raúl Berzosa, con los que han sido obispos en la Diócesis de Ciudad Rodrigo en los últimos añoslarazon

CIUDAD RODRIGO-850 años de historia la contemplan. Fue un 13 de febrero del año 1161 tras la reconquista de la ciudad, cuando el arzobispo de Santiago de Compostela y Fernando II de León decidían crear la Diócesis de Ciudad Rodrigo. Con el lema «Sigue diciendo ‘sí' a tu Iglesia. Eres corresponsable», se han llevado a cabo distintos actos con un propósito enmarcado en lo social: apoyar económicamente el proyecto «Formación para el empleo» de Cáritas diocesana. Un proyecto que ayuda a buscar trabajo y además sirve de apoyo a los emprendedores tanto jóvenes como de mediana edad.
El pasado mes de noviembre se bendecían las obras de restauración del Palacio Episcopal, con la presencia de los obispos anteriores de la sede citavicense, monseñor Antonio Ceballos (obispo emérito de Cádiz); monseñor Julián López (obispo de León); y monseñor Atilano Rodríguez (obispo de Sigüenza-Guadalajara) y la Catedral de Ciudad Rodrigo acogía una misa de acción de gracias con la participación de los siete arciprestazgos.
El propio Papa Benedicto XVI no quiso olvidar esta importante cita y a través de un mensaje alienta a los fieles de Ciudad Rodrigo a «crecer en la fe, la esperanza y la caridad».
Unas celebraciones muy especiales para su nuevo obispo, el arandino Raúl Berzosa, que recibía el báculo citavicense el pasado mes de abril, que trabaja ya con ilusión en llevar la Buena Nueva a cada rincón de la comarca. «No dejan de resultar llamativo los contrastes de la tierra castellana», asegura en declaraciones a LA RAZÓN. «Una tierra cada vez más despoblada y envejecida pero que no deja de ser una tierra muy amada y querida por sus habitantes». Berzosa no cree que por estar en una Diócesis pequeña, su labor sea más sencilla. «Hay que hacer las mismas labores y, si cabe, con menos recursos. Sí que existe algo peculiar y es que llegas a todo, conoces a la gente casi con sus nombres y apellidos y puedes, con organización, atender demandas de otras diócesis, como por ejemplo impartir formación permanente al clero o dar conferencias y clases».
Pocos jóvenes
Algo con lo que tiene que combatir a diario es con la despoblación y el envejecimiento y que, lamentablemente, cada vez haya menos jóvenes en la localidad salmantina. «Es un drama que los jóvenes, primero, tengan que salir a estudiar fuera. Y, segundo, que no puedan retornar para trabajar aquí al no existir tejido industrial ni puestos de trabajo relevantes. Se vive de la agricultura, los servicios y de los pequeños comercios familiares».
No obstante, se está haciendo un interesante trabajo con la juventud del municipio a través de la pastoral juvenil y, un ejemplo de ello, es el Espectáculo de palabra y música «El ayer, el hoy y el mañana de nuestras Diócesis. Memoria, narración y profecía», para conmemorar el aniversario de la Diócesis. «A los jóvenes hay que llegar de tú a tú. Ir a donde están y después ofrecerles algo atractivo y, finalmente, lo más esencial, llevarles a lo mejor que hay en la Iglesia, que es la presencia viva de Jesús». En definitiva, rigen las normas más elementales del márketing: «mírame, elígeme y cómprame», aunque traducido a lo religioso. En los escasos meses que lleva al frente de la Diócesis, lo que más ha llamado la atención Raúl Berzosa es la familiaridad entre la gente y los sacerdotes, «un humanismo sano que se respira en la calle y la generosidad y bondad de tanta gente de a pie. Las ganas de luchar y es muy loable la defensa que hacen de lo suyo, aunque sea pequeño».
Pero la vida sigue y hay que continuar construyendo historia, por eso el Obispo de Ciudad Rodrigo tiene claro cuáles son sus prioridades de futuro: «Ser un buen obispo, servidor, entregado, coherente, capaz de fomentar la unión, de dar esperanza y siempre llevando a las personas a donde está la felicidad y la realización plena: a Jesucristo. Quisiera ser el pastor de todos y que sientan y vean a la Iglesia como una Buena Noticia», asegura.


Una diócesis muy pródiga en vocaciones
Con una población de apenas 44.000 habitantes, la diócesis salmantina ha sido siempre muy pródiga en vocaciones al ministerio sacerdotal y a la vida religiosa. En estos momentos cuenta con 94 sacerdotes diocesanos, de los que 72 residen en ella. En las últimas décadas han salido 37 sacerdotes que se han incardinado en varias diócesis de España y de otros países. Dedicados al ministerio parroquial, como párrocos, vicarios o adscritos hay 49 sacerdotes. El Seminario Diocesano cuenta con un Seminario Menor, con 19 alumnos que se forman en Ciudad Rodrigo, y un Mayor, con cuatro alumnos que cursan estudios en la Pontificia de Salamanca.