Estreno

«El amor y otras cosas imposibles»: Sentimientos de manual

Dirección y guión: Don Ross, según la novela de Ayelet Waldman. Intérpretes: Natalie Portman, Scott Cohen, Lisa Kudrow, Charlie Tahan. EE UU, 2009. Duración: 119 minutos. Drama.

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Emilia (Natalie Portman) estaría a punto de ser un personaje interesante si no fuera porque a): Don Ross redime su caída en un epílogo inútil, que contradice su vía crucis, y b): la complejidad de las relaciones entre los personajes y sus intercambios emocionales parece inscrita en un manual de instrucciones en el que el duelo y su superación deben pasar por una serie de fases que ya conocemos de antemano, por lo que el conflicto carece de toda entidad dramática.

Emilia reacciona ante la muerte de su hija con la amargura de alguien que se instala en su dolor no sólo para recrearse en él sino para proyectarlo sobre los que más ama. No es su único problema: tiene que ganarse el cariño de su hijastro, fingir calma y serenidad ante su comprensivo marido y combatir la rabia de la ex mujer de éste (Lisa Kudrow está espléndida, es una arpía tensa como una cuerda). Al vacío de su pérdida se le añade la sensación de que está de más, de que, aunque lo intente una y otra vez, no pertenece a su nueva familia.

Portman hace lo que puede para que la carga melodramática de la película no devore por completo su trabajo, aunque el registro naturalista de su interpretación –mejor, desde luego, cuando muerde que cuando llora– no acaba de sentirse cómodo con algunos diálogos demasiado escritos, sobre todo los que recita con convicción repelente el hijastro en cuestión. Lo demás es sencillamente carne de telefilme: un trauma resuelto en el último minuto, una separación y una reconciliación que se producen en tan poco tiempo de metraje que cuesta distinguir una de otra.