Deportes
Me troncho
Contador ha pasado muchísimos más controles en su aún corta carrera deportiva que Zinedine Zidane hasta que decidió jubilarse. Alejandro Valverde, sancionado por dopaje sin haber dado positivo, llegó a los 152 entre 2006 y 2010. Ciclistas y atletas son los mejores clientes de los laboratorios y quienes durante 365 días al año y 24 horas al día han de estar localizados por si su federación o la Agencia Mundial Antidopaje requieren una muestra de sangre o de orina. A priori, los controles parecen serios; pero, sobre todo, son profusos. A Marta Domínguez la sorprendieron a las siete y media de la mañana para que hiciera pipí cuando ya ni siquiera competía, dado su avanzado estado de gestación. En la Liga sólo se hacen controles de orina a dos equipos cada jornada, por sorteo. No hay análisis sanguíneos porque el método es invasivo, requiere permiso del futbolista y, además, son caros. El Real Madrid, que vigila los parámetros de salud de sus jugadores regularmente, no ha exigido a la Federación controles más serios en la competición... Me parto y me troncho. ¿Se imaginan a Cristiano Ronaldo informando de su paradero cada día y cada hora del año, como hacen ciclistas y atletas, sólo porque su club lo diga, que no lo ha dicho? Me descuajaringo. Cuando la Liga parece que se comprime arriba, sólo porque el Barça ha empatado donde cabía suponer, llama la atención la capacidad física de sus jugadores. ¡Qué novedad! La tercera parte de su plantel ganó el Mundial y superó todos los controles, y los de la «Champions». Me desternillo. Ahora que hay un movimiento de deportistas para frenar lo que se considera un abuso de las «amas» y las «ucis», el fútbol no va a dar un paso al frente. Seguro.
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