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Ambiente de Martes Santo ante el Señor de la Salud

Ambiente de Martes Santo ante el Señor de la Salud
Ambiente de Martes Santo ante el Señor de la Saludlarazon

Sevilla- Las altas temperaturas y una luz casi de primavera lograron ayer que el Vía Crucis del Consejo se convirtiera en preludio de la próxima Semana Santa. En los alrededores de la parroquia de San Nicolás, cuando se abrieron las puertas, todos los que asistían, con la mente aún puesta en la lluvia del año pasado, casi vieron los blancos nazarenos de La Candelaria. No estaban, pero sí la cruz de guía de la cofradía, que antecedía a medio millar de hermanos que quisieron acompañar a la imagen del Señor de la Salud hasta la Catedral, donde presidiría horas más tarde las catorce estaciones.

Muchos jóvenes y niños iniciaban las primeras parejas del cortejo, que se abría paso poco a poco en las estrechas calles del barrio de la Alfalfa. Entre nubes de incienso, el pequeño paso avanzaba acompañado por una escolanía infantil que cantaba música sacra. Mucho ambiente de Semana Santa y muchas caras habituales del mundo de las cofradías, que esperaban el paso de la imagen con verdaderas ganas. Algunos conocidos también entre las filas de cirios, como fue el caso del portavoz del Gobierno municipal, Francisco Pérez, que iba unas parejas delante del estandarte de la cofradía.
Pese al buen tiempo y las temperaturas livianas, sí es cierto que el ritmo que llevaba el cortejo se hizo pesado si se le compara con el del año pasado. La hermandad de San Gonzalo puso a su imagen en la Catedral en tan solo una hora desde el Barrio León, mientras que los hermanos de la Candelaria tardaron casi tres horas en hacerlo desde una distancia mínima. En la hermandad, este evento se ha tomado como una ocasión de gran relevancia y no se quiso desaprovechar. De hecho, además de los hermanos con cirios, se vieron muchos en los alrededores del paso, que fue portado a la ida por miembros de hermandades con cierta vinculación con La Candelaria. Hermandades y miembros destacados de la Semana Santa sevillana, pues se pudo ver al compositor Manuel Marvizón bajo las andas cuando el Señor entró en la Catedral. Lo hizo con un retraso de casi diez minutos según el horario inicial. Casi un siglo para el reloj de un «capillita».

En las naves catedralicias esperaban las catorce hermandades que llevaron su cruz de guía para representar las estaciones del vía crucis. Dentro sí se notaba el frío de la noche y a muchos se les puso cara de enero en vez de abril. «Aún queda un poco para que el tiempo sea el idóneo», comentaban dos hermanos de Vera-Cruz bajo una pilastra.

Sin embargo, sí hubo cierta emoción cuando el Señor pasó por el andén del Ayuntamiento y se le ofreció un centro de lirios. Este reconocimiento llega debido a la vinculación que tiene la Virgen de la Candelaria con la Delegación de Parques y Jardines, de la que es copatrona desde que a mediados de los años sesenta se decidiera pasar por los Jardines de Murillo en la recogida. Tras ello, varios miembros de la Corporación, con el alcalde a la cabeza, portaron las andas. El acto penitencial en la Catedral puso el toque de profundidad religiosa a esta cita para las cofradías.
Con la Junta Superior del Consejo, el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra, realizó una profunda reflexión sobre el sentido preparatorio de la Cuaresma.