Elecciones autonómicas
Castro annus horríbilis en el limbo
Pedro Castro tiene sus días contados como presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias. La Asamblea del 24 de septiembre le dará boleto de jubilación anticipada e irrevocable, dos meses antes de lo previsto, porque la dirección de la FEMP tiene que adecuarse a la realidad de los resultados electorales del 22 de mayo. Castro podrá decir un día que 2011 fue el año en que vivió peligrosamente, un annus horríbilis. Primero perdió el apoyo del secretario general de su partido, Tomás Gómez, tras posicionarse en su contra en las primarias; después perdió las elecciones en Getafe, tras más de 28 años como alcalde, y en septiembre perderá la presidencia de lo que ha sido su juguete preferido en los últimos años: la FEMP. El sueño de una noche de verano que ha durado cuatro años se acabará una mañana de otoño. Entonces habrá dos momentos dolorosos en la vida política de Pedro Castro: la noche en que perdió la Alcaldía de Getafe y la mañana de septiembre en la que perdió la presidencia de los alcaldes de España. Y es que las desgracias nunca vienen solas, sobre todo cuando se tienta a la suerte y se quiere estirar la goma más allá de su resistencia. Castro podría haberse ido por la puerta grande después de haber ganado siete elecciones. No supo irse a tiempo, y los electores le echaron del sillón de alcalde; ahora, los alcaldes le van a echar del sillón comunitario. La avaricia por el poder suele romper el saco de las ilusiones.
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