Estreno
Crítica/ «El circo de los extraños»: Vampiros sin sangre
Director: Paul Weitz. Intérpretes: John C. Reilly, Josh Hutcherson, Chris Massoglia, Salma Hayek. Guión: P. Weitz y Brian Helgeland.EE UU, 09. Duración: 108 minutos. Fantástico.
Que Darren Shan, escritor de la saga de doce libros en los que se basa «El circo de los extraños», le pusiera su nombre al protagonista, un buen chico amante de las arañas que, de la noche a la mañana, se ve convertido en vampiro, enfrentado a su mejor amigo y viviendo en un circo de monstruos, demuestra hasta qué punto el autor quería utilizar el género fantástico para proyectar sus fantasías adolescentes, tan siniestras como benévolas. Este es un relato de vampiros en tiempos de la saga «Crepúsculo» y la serie «True Blood»: tiempos asépticos y pasteurizados donde los vampiros tienen la delicadeza de beber una gotita de sangre de sus víctimas para no matarlas, y son magnánimos y bondadosos si los comparamos a aquellos de su especie –aquí llamados «vampiranos»– que siguen alimentándose a la manera clásica. Si «Crepúsculo» convierte a este personaje romántico en héroe atormentado de novela rosa, Darren Shan hace lo mismo pero con el género de aventuras «teenager».Los créditos son prometedores, aunque hacen pensar en una película de Tim Burton que no llega nunca. El espectáculo del circo de «freaks» es lo suficientemente singular para que atrape nuestra atención, aunque luego Paul Weitz es incapaz de imprimir algo de coherencia al conjunto, que oscila entre el relato de iniciación y el cine de terror esterilizado. Hay saltos que denotan recortes en la sala de montaje, las apariciones de estrellas invitadas (Salma Hayek, Willem Dafoe) son demasiado breves, y la película se deshincha, hinchada como está de «freaks» y efectos digitales.
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