Coalición Canaria

«Atentos al voto del compañero»

Una catarata de alertas al móvil de los diputados advertía de que no faltara nadie

«Atentos al voto del compañero»
«Atentos al voto del compañero»larazon

MADRID- Si CiU, CC y UPN hubieran apretado el botón del «no», se habría acabado ayer la Legislatura. PSOE y PP lo sabían, y por eso tocaron a rebato varias veces para que nadie faltara a la cita y mucho menos se despistara. Las alertas empezaron a llegar el martes por la tarde a los móviles de los populares. «Por votación importante, imprescindible presencia en el Pleno de esta tarde y absolutamente imprescindible al del próximo jueves. Saludos. Ayllón». El remitente era el secretario general del Grupo Popular, que volvió a hacer de despertador para sus diputados ayer por la mañana con un segundo mensaje: «En breves momentos, votación. Presencia imprescindible en el hemiciclo. Saludos. Ayllón». No faltó ni uno. Los 153 populares acudieron a la llamada, incluso quienes, como Francisco Antonio González, llevaban un año sin pisar por el Palacio de San Jerónimo debido a un tratamiento médico. Lógico. Una ausencia en el bando contrario, una equivocación en CiU, y Zapatero saldría de inmediato de La Moncloa.El PSOE hizo lo propio con los suyos. Envió un SMS el miércoles por la tarde y un e-mail recordatorio por la noche con las instrucciones para la votación. El texto tenía tres recomendaciones. Una, «todos los diputados a las 9:00 en el Pleno. Nadie debe salir del recinto del Congreso». Dos, «máxima atención en la votación». Y tres, «todo diputado debe estar atento al voto del compañero que tiene a derecha e izquierda». Máxima tensión, pues, en los minutos previos a la votación.Y es que había mucho en juego. Hubo un momento de incertidumbre en la bancada socialista cuando la cámara del circuito interno enfocó el escaño de Alfonso Guerra vacío. Nervios. El otrora vicepresidente no había desertado, es que en ese instante hablaba con Bono. Hubo otro momento que alteró a los socialistas y fue cuando se votó la tramitación del decreto como proyecto de ley. El ministro de Fomento se percató de que algo fallaba en el botón del «no» de su escaño. Alzaba el brazo para llamar la atención de la presiden-cia cuando, raudo, su colega Rubalcaba se levantaba de su banco azul y acudía en su ayuda. Pulsó finalmente el botón acertado, y todos respiraron. Zapatero, el que más. Cuando el marcador iluminó el resultado, el presidente cambió de cara. «¿Solo? Estoy muy acompañado, al menos de periodistas», dijo cuando plumillas y cámaras le rodearon a la salida del hemiciclo. Pues eso: estará acompañado de periodistas.