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«Se podrán introducir implantes en el cerebro para mejorarlo»

Donald F. Knutz
Donald F. Knutzlarazon

A sus 73 años confiesa que en eso de la programación hay tanto que hacer que no duerme por las noches. Su labor como científico –«leer lo que hacen miles de personas y decidir qué será lo importante dentro de 50 años»– resume una vida dedicada a sus volúmenes de «El arte de la programación de ordenadores». Gracias a su conocimiento matemático, podemos disfrutar de las comodidades de las aplicaciones en el móvil. Por ello le han otorgado el premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Tecnologías de la Información y la Comunicación.
-¿Se podía prever este desarrollo?
- La diferencia entre el caminar de un caracol y un avión, esa diferencia es mucho más pequeña que el gran salto que ha habido en la informática. ¿Cómo puede nadie haber predicho un cambio así?
-¿Por qué renunció al correo electrónico?
- Tengo que ser como un ermitaño para poder pensar en los problemas que hay que resolver, aunque lo uso para recibir información si hay algún error en mis libros. Utilizo mucho internet, hablo con alumnos, voy al cine, en fin...
-Empezó en los 50, ¿qué es lo más destacable en este tiempo?
- Lo importante realmente son miles de pequeñas cosas y personas trabajando en colaboración.
-¿Incluye las redes sociales?
- Me gusta la idea de pequeñas redes, comunidades de unas cien personas que tienen cosas en común. Hace 25 años no habrían estado en contacto. Pero lo mejor es que sean independientes. Prefiero que haya un millón de comunidades de cien personas a cien comunidades de un millón.
-Es un gran defensor del código libre, ¿qué opina de los monopolios informáticos?
- Cualquier monopolio me preocupa. Si los programas son de código abierto y necesito resolver un problema puedo ver cómo hacerlo. Pero si es privado entonces me atasco. Para eso tiro el ordenador a la basura.
-¿Es un mito que es menos fiable?
-Todo lo contrario, son más seguros. Hay mucha gente que se ocupa de comprobar que lo sean.
-¿Cuál es el problema, entonces?
-Tenemos que encontrar el modo de pagar a la gente porque ese trabajo es tan importante como el de otros científicos. Mis propios programas son un derivado de mi labor como científico. A mí me pagan por ser científico.
-¿Es un problema de fondos, no de talento?
-Las dos cosas. Ahora mismo veo que falta más bien gente potente.
-Ahora que Google está fichando a los grandes mitos, ¿aceptaría alguna propuesta?
- No aceptaría una propuesta de nadie. Tengo suficiente trabajo hasta que me muera. Cada vez que alguien me ve me pregunta cuánto tiempo llevo trabajando para Google. Se está convirtiendo en un chiste.
-¿Cómo lleva el «arte de la programación de ordenadores»?
-Estoy a mitad del capítulo siete y tengo 73 años, trabajo todo lo rápido que puedo. Al menos quiero publicar diez.
-¿A quién va dirigida su obra?
-Una de cada 50 personas tiene ese don especial que le permite explotar de verdad un ordenador. Yo escribo para esas personas.
-¿Hay mucho potencial en la informática, qué nos detiene?
-Las actividades delictivas, gente que entra en sistemas informáticos mal diseñados para robar. Si todo el mundo fuera bueno, podríamos hacer mejores cosas: ayudar a los médicos a diagnosticar, pero si hay personas que usan los datos con fines negativos... Hay que preservar la confidencialidad y al mismo tiempo compartir la información para mejorar el mundo. Esto es una de las cosas que impide a los ordenadores hacer todo lo que pueden.
-¿Cómo imagina que se puede combatir el terrorismo?
- Los delincuentes no sólo pueden usar un ordenador. Pueden decidir raptar a tu hijo hasta obtener tu palabra clave. Eso no es un problema informático, entra en otros campos.
-¿Ve posible un ordenador que funcione como un cerebro humano?
-En mil años, igual. No sé cómo pero, de igual modo que se le pone un marcapasos a una persona, se podrá introducir un implante en el cerebro humano para mejorar su capacidad. La forma en que usamos internet es casi como si tuviéramos un ordenador en nuestra mente. Está en el teléfono pero está muy cerca.
-¿Qué es lo peor de Internet para usted?
-Estar constantemente conectado.
-¿Cómo llegó a escribir cómo ganar al Mastermind en cinco movimientos?
-Unas navidades me regalaron uno y los siguientes tres días estuve jugando. Creo que se puede solucionar en sólo 4,9.
-¿Libros en papel o electrónicos?
-Ahora he empezado a disfrutar de leer libros en el IPad y a finales del año publicaré mis libros en formato electrónico.
-Alguien que disfruta leyendo código fuente, ¿con qué otras lecturas se divierte?
-En español, este argentino, mmm...
-¿Borges?
-Sí, pero también me encanta Tolstoi y odio a Dostoievski, era un poco chapucero. Hay gente que escribe como si no le preocupara mucho.