Latina

Comienza la venganza

A la tensión que los socialistas viven desde que se hiciera pública la lista con la que concurrirá Jaime Lissavetzky a las urnas de la capital se sumó ayer el goteo con el que, a última hora de la tarde, se fueron conociendo las opiniones de los miembros de las 22 agrupaciones del PSOE en Madrid sobre la lista elaborada por la dirección regional.

 
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El miércoles el candidato ya había dejado clara su opinión: sólo seis de los 25 nombres de su lista cumplen con los requisitos que él exige para formar parte de su proyecto municipal. Entonces el secretario general del PSM le acusó de «dividir» el partido y ayer esas discrepancias quedaron gráficamente plasmadas en los datos que dejaron la votación de la lista de la capital en las oficinas socialistas. De 22 agrupaciones ocho decidieron directamente no dar lugar a datos y prefirieron mostrar su descontento con la ausencia de participación de Lissavetzky en su lista no votando la candidatura enviada desde Callao. En las trece restantes la militancia sí votó. Fuentes del PSM aseguraron que el apoyo obtenido por la candidatura fue del 93 por ciento en Vallecas-Villa o del 86 por ciento en un feudo «tomasista» como Latina, por ejemplo. Sin embargo una tras otra todas las votaciones fueron impugnadas por partidarios del Secretario de Estado. En Chamberí, dónde según fuentes del PSM los votos a favor de la lista fueron del 88 por ciento, la mitad de los militantes abandonó la asamblea tras impugnarla, según explicó una asistente a la misma.

La militancia socialista ha hablado y, si bien no todos están en contra de la lista al gusto de Gómez, son muchos los que consideran que su líder no está obrando bien en la capital. Ahora la dirección regional estudiará estas impugnaciones y validar aquellas votaciones que considere pero lo único claro ahora es que a cien días de la cita electoral los socialistas están más divididos que nunca.