Por fin ministro por Alfredo Menéndez

Legal será. Pero raro también. Hoy hace siete meses que los madrileños votaron por mayoría a la lista que encabezaba Gallardón para dirigir el Ayuntamiento de Madrid. Fue el 22 de mayo y el ahora ministro consiguió su quinta mayoría absoluta después de dos presidencias y tres alcaldías. En todos estos meses la respuesta estudiada, milimétrica y medida de Gallardón cada vez que los medios le preguntábamos – las pocas veces que hemos podido – si pensaba acabar su mandato como alcalde era: «No tengo previsto cosa distinta». Y esto es lo mismo que no decir nada: la respuesta vale para cualquier cosa porque es puro humo es lo mismo y lo contrario, y vale para decir que no mentía y para todo lo opuesto.

No lo tenía previsto, pero se moría de ganas. Eso es lo que le reprochan los que creen que no es jugar limpio presentarse a un mandato que en realidad se está deseando abandonar. Pero no hay muchos políticos que estén dispuestos a pasarse siete meses esperando una decisión que nadie les garantiza, y por eso prefieren ir de liana en liana, de cargo en cargo.

En descargo de Gallardón hay que decir que no ha sido el primero, ni será, por supuesto, el último. Pero quizá son estas pequeñas cosas las que alejan a la clase política del afecto de los ciudadanos. Les enviamos mensajes que luego ellos modifican a su antojo. Quizá como castigo divino tendrá que negociar aquello que anunció la Comunidad de Madrid hace unos meses: devolver las competencias de Justicia al Estado. Se volverá a ver con la presidenta Esperanza Aguirre.