«Traslado de presos no libertad»

Aunque hasta el momento no ha habido ningún pronunciamiento oficial del régimen cubano que confirme la versión referida al inminente traslado de presos políticos enfermos a alguno de los hospitales del país y a cárceles más cercanas a sus hogares, la disidencia vive tensas horas de espera a que se cumpla uno de los supuestos «gestos de buena voluntad» ofrecidos por el Gobierno tras la reunión que sostuvo el jueves el presidente Raúl Castro con altos representantes de la Iglesia. Quienes sí han dado luces sobre el tema son las Damas de Blanco, quienes han denunciado una extorsión por parte del Gobierno, que les ha propuesto algunos beneficios para los presos de conciencia a cambio de que ellas abandonen sus protestas y manifestaciones.Laura Pollán, la portavoz del grupo, dijo que miembros de la Seguridad del Estado «han barrido casi toda la isla con esta propuesta», pero agregó que de inmediato todas las familias de los presos la han rechazado. Pero si bien, antes de conocer la extorsión del Régimen, Guillermo Fariñas ha señalado que el envío de los presos de conciencia con la salud quebrantada a algún nosocomio para que sean debidamente atendidos sería «un paso favorable», Reyna Luisa Tamayo –madre del desaparecido Orlando Zapata– ha levantado fuerte la voz y ha denunciado que la medida es «insuficiente» para solucionar la situación de los disidentes encarcelados, y que se trata simplemente de «una maniobra» con la cual el régimen de los Castro busca recuperar su prestigio ante la comunidad internacional. «Si los Castro quieren dar al mundo un gesto de buena voluntad, que le den la libertad que les corresponde a esos hombres que no cometieron ningún delito y que se están muriendo en esas cárceles reducidas, viviendo en deplorables condiciones y tomando aguas sucias», dijo doña Reyna Luisa a LA RAZÓN. La mujer, que además denunció el acoso por parte del Gobierno durante la conmemoración (el domingo) del tercer mes de la muerte de su hijo, aseguró que aún cuando los presos políticos sean enviados a algún centro de salud, «seguirán sufriendo la represión» del régimen. «Yo lo he vivido en carne propia, cuando eran tres guardias con pistola los que cuidaban la habitación de mi hijo», comentó la mujer.Lizet Herrera, la vocera de Fariñas, señaló a este diario que hasta el momento no conocían de ningún preso político que haya sido trasladado ya sea a un hospital o a otro centro penitenciario, pero confirmó que el periodista y disidente en huelga de hambre fue informado por la Iglesia de que ello ocurriría. «A Guillermo (Fariñas) le indicaron que eso era lo que había ofrecido el Gobierno, pero no se le dio mayores detalles», informó telefónicamente.Cabe recordar que de acuerdo a la disidencia cubana, son 26 los presos de conciencia cuyo estado de salud se encuentra más deteriorado. Este diario pudo conocer las patologías y encontró que todos ellos sufren de graves transtornos gastrointestinales debido a las malas condiciones alimenticias, así como de hipertensión arterial. Las duras condiciones carcelarias les han causado, además, complicados cuadros psiquiátricos.