OPINIÓN: La ciudad escaparate

Sin ser un especialista en la liturgia católica, uno creía recordar que en las lejanas catequesis nos enseñaron que a las tres Pascuas (Navidad, Epifanía y Resurrección) correspondía el color blanco en la inmemorial simbología de la Iglesia. No discutiré, por tanto, la medida de teñir en la víspera de Reyes la Giralda de azul, ya que además el efecto fue espectacular, porque seguramente sea errónea la asociación exclusiva entre este color y el Dogma Concepcionista. Por supuesto, es una casualidad que el efecto coincidiese al cien por cien con la imagen corporativa del partido gobernante y pueden estar seguros de que el antiguo alminar lucirá en rojo, como mandan los cánones eclesiásticos, el Domingo de Ramos, el Viernes Santo y el lunes de Pentecostés. Y, por aprovechar los focos, también el primero de mayo durante la demostración sindical. Se ha tomado en serio el Gobierno municipal la terciarización de la economía sevillana y ha sumado la animación luminotécnica propia de los parques temáticos al monocultivo de hostelería como toda actividad comercial. Joder con los liberales: terminarán multando al autóctono que pasee por el centro sin ir ataviado de corto o de flamenca, o a quien se niegue a contarle un chiste de Los Morancos al turista que lo requiera.