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Del infierno a las alturas

Amanece en Barajas y miles de personas comienzan a hacer cola en las cuatro terminales del aeropuerto madrileño, a la espera de saber si podrán volar en las próximas horas. Aguardan sin demasiadas esperanzas, entre la indignación y la resignación, a pesar del llamamiento de Aena para que los usuarios no acudiesen a los aeropuertos

Aspecto del aeropuerto de Bilbao hoy
Aspecto del aeropuerto de Bilbao hoylarazon

Cientos de ellos han pasado la noche allí mismo. Desesperados e impotentes, buscan alguna información a la que agarrarse para saber si finalmente podrán emprender rumbo a sus destinos.

Desinformación

En la terminal 4, la de mayor tránsito aéreo y una de las más concurridas de Europa, el personal de Aena y de las compañías aéreas trata de informar a los pasajeros, aunque en esos momentos ni ellos mismos saben qué decirles. No se sabe cuando se reabrirá el espacio aéreo ni cuándo podrán volar. Lo que es seguro es que la rabia va en aumento según pasa el tiempo. Tras treinta horas en el aeropuerto, Goizalde está indignada. «Nadie nos dice nada. Venimos de Bilbao y ahora no podemos ni volver a casa ni irnos de vacaciones». El tiempo medio de espera en los mostradores de información es de unas cinco horas y la gente ya no aguanta más. Muchos esperan tumbados sobre sus maletas una solución que parece no llegar nunca.

La noche ha sido larga y la Unidad Militar de Emergencia (UME) se encuentra en estado de prealerta a la espera de nuevas ayudas a los pasajeros. A lo largo de la noche han estado repartiendo mantas y botellas de agua, insuficiente para los usuarios, que reclaman medidas contundentes que pongan fin a la «guerra» emprendida por los controladores. A media mañana los paneles de información muestran un panorama teñido de rojo. «Retrasado» o «cancelado» son los únicos mensajes que aparecen junto a todos los vuelos programados.

Mientras la zona de salidas se encuentra repleta de pasajeros, la de llegadas está casi vacía. Únicamente seis vuelos trasatlánticos procedentes de Latinoamérica han podido aterrizar en el aeródromo a primera hora de la mañana. El resto han sido desviados o cancelados. «No tienen derecho, a sabiendas del poder que tienen, a plantear una huelga salvaje», se queja con rabia Javier.

Por megafonía se explica que debido a la «huelga salvaje» y al «abandono masivo» de los puestos de trabajo por parte de los controladores, Iberia se ve obligada a cancelar todos sus vuelos hasta las 11:00 horas de hoy. Un murmullo recorre la terminal. Pasado el mediodía, muchos pasajeros comienzan a abandonar el aeropuerto rumbo de sus casas o de los hoteles que las compañías han facilitado. El Gobierno acaba de establecer el estado de alarma y amenaza a los controladores con penas de cárcel si no regresan a sus puestos de trabajo.

Los controladores se rinden

Los controladores claudican al ultimátum del Ejecutivo y comienzan a regresar a los centros de control. Aena asegura que la normalidad ha vuelto a las torres de control. Muchos pasajeros comienzan a respirar aliviados y la calma tensa que se respiraba hasta ese momento en la terminal se torna en emoción por poner rumbo al destino deseado. El resto de aeropuertos españoles comienzan a operar y parece que la situación regresa a su cauce.

En El Prat la situación no fue muy distinta. «De momento, no quemaremos nada», dice un indignado ciudadano, tras cuatro horas de cola para reclamar la devolución del dinero o una plaza en el siguiente vuelo. Por segundo día, el aeródromo barcelonés presentó una imagen dantesca, desoladora. Miles de personas vieron como sus deseos de disfrutar de este largo puente se frustraban. Hasta la reapertura del espacio aéreo, colas en todas partes, aglomeraciones llenas de quejas. Ahora toca volver a la tranquilidad, informa Joan Planas.

Aún así, la plena normalidad tardará en llegar. El vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, cifró ayer la recuperación en 48 horas. Es el momento de recolocar a la gente y los pasajeros tratan de averiguar si tienen posibilidades de volar, o si deberán esperar hasta hoy o mañana. A las 17:40 despega el primer avión de Barajas rumbo a Tenerife, y ya hay programados otros 22 vuelos. Las compañías empiezan a solicitar nuevos «slots» –permisos para volar–, aunque el ritmo de la recuperación es lento. Blanco ha ganado la «guerra».


GUÍA PARA RECLAMAR
Compensación de aena
Las asociaciones de consumidores han instado a todos los pasajeros afectados por la huelga de los controladores a que reclamen en el propio aeropuerto y no a la compañía aérea, sino a Aeropuertos y Navegación Española (Aena), ya que las aerolíneas no se harán cargo de los perjuicios pues para ellas la huelga supone una «causa de fuerza mayor». En caso de no ser indemnizados, podrán acudir al juzgado contencioso-administrativo y éste sí les reconocerá su derecho a una compensación igual a la cuantía de los perjuicios que consigan demostrar. El ministerio de Fomento será el que deberá responder, no pudiendo alegar que la huelga era inevitable, impredecible o ajena.

Hotel, comida y llamadas

La Asociación de Consumidores y Usuarios del Transporte Aéreo y Viajes Combinados (Acutavc), recordó ayer a los viajeros perjudicados que tienen derecho a que las aerolíneas procuren un hotel para pasar la noche, comida, bebidas, llamadas telefónicas o correos electrónicos gratuitos para comunicar en destino su retraso. Para ello, recomiendan que se haga acopio de los comprobantes de los posibles gastos extra que puedan tener, tanto facturas y recibos de comida y bebida, como de hoteles. esta documentación deberá presentarse ante la compañía, y si en el plazo de unos días no reciben respuesta, deberán hacerlo ante la Agencia Española de Seguridad Aérea.

Cambios sin penalización

La compañía aérea Iberia permitirá realizar cambios sin penalización y reembolsos sobre los billetes emitidos para volar en los días afectados. Estos cambios podrán solicitarse a la compañía en los próximos días y semanas, por lo que Iberia ruega a los clientes que no llamen a los teléfonos de Serviberia 902 400 500 y 902 100 988) si no es absolutamente necesario, para evitar que este servicio se bloquee. También podrán hacerlo a través de la página de la compañía. Asimismo, los usuarios de Iberia y Vueling afectados podrán viajar sin coste alguno en los trenes de Renfe y en los autobuses dependientes de la patronal Fenebus –previa gestión de las aerolíneas– mediante la presentación de la tarjeta de embarque.

Interponer una demanda civil

Cerca de 2.000 afectados por las «bajas masivas» de los controladores se han unido en una plataforma para interponer una demanda civil contra los controladores, contra su patrimonio personal y sus compañías de seguros, con la que pedirán una indemnización por daños y perjuicios, según informó el abogado Luis Vericat, del bufete Cremades y Calvo Sotelo (en la imagen). Acusan a los controladores de abandono de su puesto de trabajo, lo que podría ser constitutivo de un delito recogido en el artículo 409 del Código Penal.