Deuda Pública
Draghi negocia con el Bundesbank la compra masiva de deuda
La maquinaria política puesta en marcha esta semana para desbloquear los fondos europeos capaces de socorrer a las castigadas deudas soberanas de España e Italia avanza a ritmo de crucero. Desde que el presidente del banco Central Europeo, Mario Draghi, insinuara el pasado jueves la posibilidad de actuar en los mercados para rebajar la presión en la eurozona, los acontecimientos y reuniones se precipitan en lo que podría ser la fase final de la ruptura con la actual política del BCE, que lleva casi medio año sin comprar deuda de ninguno de los socios del euro. Para abrir boca, Draghi se reunirá en los próximos días con su homólogo del Bundesbank, Jens Weidmann, previsiblemente antes del Consejo de Gobernación del BCE, que se celebrará el 2 de agosto en Fráncfort. El objetivo: convencer al Bundesbank de que la compra masiva de deuda española e italiana es la única opción para aplacar la tensión que ha disparado los intereses que ambos países deben pagar para obtener financiación.
Hasta la fecha, el Bundesbank ha rechazado que el BCE compre deuda soberana de países en dificultades. De hecho, apenas 24 horas después de las declaraciones de Draghi –en las que aseguró que «en el marco de nuestro mandato, el BCE hará todo lo necesario para preservar el euro y, creánme, será suficiente»– el Bundesbank ratificó su negativa y Weidmann se mostró sorprendido por el cambio de actitud de la institución monetaria europea. La propuesta que planteará Draghi es que la compra de bonos se realice a cuenta del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), el mismo que destinará hasta 100.000 millones para sanear una parte del sistema financiero español. De lograrse una entente entre Draghi y Weidmann, lo que a estas alturas parece más que probable, el acuerdo contemplaría la compra de deuda a cargo del FEEF en el mercado primario respaldada por el BCE en el mercado secundario para conseguir una rebaja automática de los intereses sobre la deuda italiana y española.
En este sentido, el diario alemán «Süddeutsche Zeitung» publicó ayer que todo está ya estudiado para que el FEEF aumente la demanda y presione a la baja los intereses. La declaración conjunta del pasado viernes de Merkel y Hollande, en la que se mostraron decididos a «hacer todo para proteger la eurozona y la integridad de la zona euro», no hizo sino ratificar las palabras de Draghi, que sólo espera el beneplácito del Bundesbank y la solicitud de España e Italia. Quizá por ello Rajoy y Monti tienen previsto verse el mismo día en el que el BCE podría ratificar el cambio de su política restrictiva de compra de deuda soberana, que arrancó en marzo pasado. Desde 2010 y hasta esa fecha, la institución financiera había comprado títulos por valor de 210.000 millones de euros.
Pero antes, habrá que vencer las reticencias alemanas, que se airearon de nuevo ayer con las declaraciones del ministro alemán de Economía, Philip Roesler, en las que advirtió de la temporalidad de la medida. «La función principal del BCE debe ser preservar la estabilidad de los precios y no financiar la deuda de los Estados», dijo.
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