Los héroes por Julián Redondo

España es potencia mundial en tenis, en fútbol, en baloncesto, en motociclismo..., en natación sincronizada. Si la prima de riesgo de este país dependiera del valor y de la fiabilidad de sus deportistas, rozaría el cero. Si en el ámbito económico produce pavor entre los inversores, o al menos eso sugieren Standard & Poor's, Moody's y Fitch, en el terreno deportivo provoca envidias. Y la envidia es muy mala, nubla el sentido de tipos como el tal Noah, salvo que esté «fumao», y alimenta libelos como el periódico ése que publicita sus estupideces. Pero en este momento de lógica euforia, no conseguirán desviarnos del objetivo más próximo, la Eurocopa de fútbol, y del más necesario, preservar el aura de los héroes por encima de futuras derrotas, que llegarán. Al ser la Ensaladera lo más fresco y actual, conviene subrayar la magnitud del logro y la grandeza de quienes lo han conseguido, del capitán Albert Costa, de Ferrer, Feliciano, Verdasco, Granollers y, por supuesto, Nadal. De él conservo esta misteriosa frase del libro «Rafa» que ha escrito John Carlin: «Sé que cuando mi carrera acabe no seré un hombre feliz». Sufre dolores crónicos, juega infiltrado y ya siente nostalgia del tenis. Es único.