Alicante
Decidió Florentino
El Real Madrid también ha sido siempre más que un club. Lo fue durante la monarquía de Alfonso XIII; en tiempos de la República, presidido por Rafael Sánchez-Guerra, muerto como dominico en Villava; en la Guerra Civil, dirigido por el coronel Antonio Ortega, fusilado en Alicante en 1939, en el franquismo y lo es en el reinado de don Juan Carlos. Era una lección que debió aprender José Mourinho. Se habría evitado el desaire de anunciar que ningún jugador campeón del mundo acudiría a recibir el Premio Príncipe de Asturias y lo hará el capitán, Iker Casillas. El presidente madridista, Florentino Pérez, no podía dar en las narices al biznieto de quien le concedió el título de Real.
De todas maneras, la decisión final es sólo un apaño porque la asistencia de varios internacionales no habría restado más de dos horas a la concentración.
El Real Madrid salva la cara, lo que no parece que vaya a hacer el Barcelona. El premio fue concedido a la Selección con la presidencia del jurado, circunstancial y transitoria, de Manel Estiarte, quien, al margen de ciertos tiquis-miquis de orden político, se comprometió a que convencería a Pep Guardiola para que el Barça estuviera presente. Las facilidades de la Fundación no causarían más inconveniente que el de cada semana cuando hay que viajar para jugar fuera de casa.
Los premios Príncipe de Asturias no tienen problemas para la asistencia de premios Nobel en medicina o literatura, pero siempre hay dificultades con las gentes del deporte. Esta vez, además, se ha tropezado con Mediapro, dueña de derechos televisivos, que se negó a cambiar las fechas de los partidos.
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