Asturias

En la mente del asesino

«No te preocupes, princesa, no te va a pasar nada». Es sólo una frase. Sin embargo, hay que situarla en su contexto. Pongamos que ha sido pronunciada durante una agresión sexual por el violador hacia su víctima. Ese puñado de palabras posee un valor incuestionable a la hora de penetrar en la psicología del agresor.

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«Si se dirigiera a ella con violencia o sin hablarla, nos daría otro patrón de conducta diferente», afirma la oficial Belén Ruano. Otro ejemplo: un hombre, sospechoso de un crimen, describe por escrito cómo ha pasado el día. Las descripciones son ricas en detalles, pero cuando llega la hora de relatar las horas en las que ha transcurrido el delito, se limita a unas pocas palabras. «Ahí tendríamos otro cambio de patrón», añade la oficial. Este es el tipo de trabajo que desarrolla la Sección de Análisis de Conducta (SAC). Este equipo, una novedad dentro de la Policía Nacional –empezó a gestarse el pasado verano– será el encargado de examinar la mente no sólo del criminal, sino de todos los actores involucrados en un delito: víctimas y testigos. Cualquier pista es poca.

Ayuda en las pesquisas
Pero no es una técnica nueva. Como recuerda la Policía Nacional, hay que retroceder a principios del siglo XIX en Francia. El ex bandido Eugène François Vidocq aportó su punto de vista criminal para colaborar con las autoridades francesas. ¿Su método? Pensar como el delincuente. El FBI y Scotland Yard ya venían poniendo este método en práctica. Ahora le toca a nuestro país. «Son referentes a los que seguimos los pasos», aseguró ayer el inspector jefe Juan Enrique Soto, al cargo de la unidad. Así, los psicólogos tendrán voz y voto en las investigaciones. Eso sí, sólo en las pesquisas, no a nivel pericial a la hora de aportar pruebas en un juicio. 

«Somos una herramienta policial más al servicio de las unidades operativas», asegura el inspector jefe. Pero poco a poco: de momento, la SAC cuenta con dos agentes, un sociólogo y un experto en estadística. Éste último es más importante de lo que puede parecer: «Lo que hacemos tiene un valor probabilístico. No hay una certeza absoluta. En un caso concreto, podemos dar con un perfil del criminal que se ajusta al 70 por ciento. Pero, ¿qué ocurre con el 30 restante?», se pregunta Soto. Ante todo, «el objetivo es restringir el campo de búsqueda». Mientras, el hecho de ser un grupo reducido no les ha impedido «estar investigando unos cinco casos importantes».

Para Soto, «la novedad es que incorporamos el punto de vista psicológico, cuando lo más habitual es centrarse en las evidencias físicas: huellas dactilares, restos biológicos, casquillos...» Y añade: «Se trata de recibir, analizar y tratar la información criminal, centralizarla en la unidad central y, después, devolverla a las unidades de investigación». Pruebas imborrables Asesinatos, secuestros, violaciones... Los agentes creen que la evidencia conductual en estos delitos es mucho más difícil de detectar que las pruebas físicas como el ADN. Sin embargo, las pistas psicológicas gozan de una gran ventaja: mientras que las físicas se pueden borrar, las conductuales perduran.

Pero, ¿qué es una evidencia psicológica? «Cualquier indicio de que se ha producido un comportamiento. Nos permite reconstruir los hechos: ¿Qué ha pasado? ¿Cómo ha ocurrido? ¿Cómo se ha abordado a la víctima?», afirma Soto. Unas pesquisas que les «permitirán elaborar hipótesis sobre el quién y el por qué». Aunque el «por qué» no es tan importante. «Puedes investigar una agresión sexual en la que ni el propio agresor sabe por qué ha actuado así», dicen los agentes. Del mismo modo, su labor será imprescindible a la hora de aventurar cuál será el siguiente paso de un delincuente. De hecho, el objetivo a largo plazo consiste en crear un banco de perfiles criminales que facilite estas predicciones.

«Se trata de un trabajo que ya debían estar realizando profesionales pertenecientes a la Policía Científica, la criminología y la psiquiatría. Son los tres canales científicos que permiten explicar lo que ocurre en la mente del criminal», afirma a este diario Francisco Alonso-Fernández, director del Instituto de Psiquiatras de la Lengua Española. «Pero si este cuerpo nace para centralizar esa labor, me parece estupendo», añade. La complejidad de estas pesquisas psicológicas se puede resumir en los diferentes tipos de agresor sexual – «el sádico, el adicto al sexo, el inseguro y el que podríamos llamar químico, por el consumo de drogas», apunta el experto– o en los perfiles del asesino – «el sistemático, el esporádico, el reflexivo o el atímico, con sentimientos muy pobres hacia los demás», añade–. Bienvenidos al retorcido laberinto de la mente humana.

Un asesino puede ser predecible, por Lluís Borrás
¿Cómo funciona la mente de un criminal?

- La conducta humana se mueve por motivaciones como el dinero, el sexo, el odio, la venganza, la superación, el prestigio social. Por eso es necesario analizar qué es lo que motiva a un sujeto. Además, hay distintos tipos de personalidad, como los psicópatas, que tienen una conducta predecible. Viendo un perfil se puede saber si una determinada persona es autora o no de determinados hechos. Los violadores, los asesinos en serie, los estafadores...Todos tienen su propio perfil.

¿Se puede saber quién es el autor de un crimen sólo por la forma de actuar?
-Sí. En EE UU se ha podido comprobar. Se trata de analizar los perfiles psicológicos.

¿Cree que era necesario que en España se pusiese en marcha una nueva especialidad policial que estudiase la mente criminal?
-Sí, me parece que hacía falta. Es una pata muy necesaria en la investigación.

¿Qué cree que llevó al presunto asesino de Asturias a matar a los tres familiares de su ex pareja?
- O bien se trataba de venganza o de odio de un desalmado que no tolere la frustración.

De la ficción a la realidad
La nueva sección de la Policía para investigar las mentes criminales guarda bastantes semejanzas con la serie de televisión «Mentes criminales» que ahora se emite en Cuatro y el canal privado AXN. Se trata de un drama criminalístico que se estrenó en 2005 en el canal de televisión norteamericano CBS. Recoge el trabajo de la Unidad de Análisis de Conducta, un equipo de élite del FBI que se dedica a hacer perfiles psicológicos a criminales para predecir su próximo movimiento.