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Un vistazo al mundo sin salir de Lavapiés

El Centro Dramático Nacional ofrece una panorámica del teatro de vanguardia internacional durante el próximo mes

Un momento de la representación de «Littoral»
Un momento de la representación de «Littoral»larazon

El agujero que ha dejado en la programación el Festival de Otoño, que desde este año se apellida y celebra en primavera, permite que la Mirada al Mundo que venía haciendo el CDN hace unas temporadas se amplíe. En esta panorámica global tendremos la oportunidad de escuchar lenguas tan exóticas para los oídos teatrales como el bielorruso, el alemán de Suiza o el noruego y propuestas que vienen de tierras tan lejanas como Canadá. Este viaje sin salir de Lavapiés nos permitirá descubrir además diferentes lenguajes teatrales. Una de las firmas con más peso es Wajdi Mouawad, un actor, escritor, traductor y director nacido en Líbano que, tras pasar por Francia, se instaló en Quebec. La concepción que tiene de la escena es tan contundente como ésta: «En un mundo occidental donde reina una creciente irresponsabilidad ante las palabras y los símbolos, el teatro puede, como cualquier otra forma de belleza, volverse un espacio donde el despertar aún es posible, donde todavía está permitido escapar, juntos, espectadores y actores, de la somnolencia de lo cotidiano. "Littoral"viene de ese deseo: intentar despertarnos de nuestra vida adormecida».

La identidad
El protagonista de Littoral (16 al 19 de noviembre) es Wilfrid, que arranca con un diálogo como éste: «Soy Wilfrid y mi padre ha muerto. No estoy loco, señor juez, sólo digo en voz alta lo que todo mundo dice en voz baja». Esta frase precede a un viaje que bien podría ser el inverso al que realizó el autor: de Canadá a un Líbano devastado. Eso vemos durante la representación: a las personas y situaciones que se cruzan en el camino de Wilfrid en busca de su identidad.
También se interesa por este mismo concepto otro creador muy distante en kilómetros del canadiense, el belga Gay Cassiers, que ha adaptado la magna novela inacabada de Robert Musil «El hombre sin atributos» (del 4 al 7 de noviembre). Se trata de un gran friso que dibuja el estertor del Imperio Austro-Húngaro. Es sólo la primera parte de una trilogía, pero ya se ha destacado de esta versión, precisamente, su capacidad para cuestionar la identidad individual del protagonista, pero también la colectiva, encarnada en la sociedad que vivía bajo aquel régimen. Ese hombre del título es Ullrich, un matemático que medita qué hacer con su vida el año en que se celebra el 30 aniversario de la monarquía de Guillermo II mientras se gesta la Acción Paralela, una iniciativa que pretende contraponer esa celebración a la de los setenta años del emperador austriaco Francisco José.
 Cassier está considerado uno de los más innovadores creadores europeos. Ha desarrollado un lenguaje teatral bastante original que aúna dos de sus pasiones: la tecnología visual y la literatura. Entre sus creaciones más celebradas, el ciclo que dedicó a Proust.
Del Este al Norte de Europa, pues desde Noruega llega «El experimento/el convento», de Jo Strømgren Kompani (del día 21 hasta el 24 de octubre). Este doble título alude al compromiso de cuatro monjas que deciden participar en una prueba científica en la que, al principio, todo es placidez hasta que algo comienza a ir mal...

Textos sin sentido
La Jo Strømgren Kompani es uno de los grupos con más empuje de la escena nórdica. Fundada en 1998, ha hecho de los textos sin sentido su sello en propuestas que combinan la danza, el teatro, el guiñol, las proyecciones y la música en directo. Para ellos el formato es lo de menos, por eso es posible verles en una sala alternativa y un teatro nacional. Cada año superan las cien representaciones y ya han visitado más de 45 países.


Chéjov y más
«Damonën» («Demonios»), de Lars Nóren, es un juego de dobles parejas. El azar quiere que un matrimonio sin hijos, al borde de los 40, comparta fiesta sorpresa con sus vecinos, que sufren un hogar con tres hijos. Vienen desde el cantón germano de Suiza bajo la dirección de Thomas Ostermeier. «La boda» no es el título más conocido de Anton Chéjov, pero aunque lo fuera, seguro que resultaba difícil de reconocer en manos de Vladimir Pankov. Este montaje del Teatro Nacional Bielorruso, que formó parte de la programación del 150 aniversario del autor en Moscú, se inspira en el mundo onírico con importante participación de la música en directo.



DÓNDE: Teatro Valle-Inclán. Madrid. CUÁNDO: del 7 de octubre al 7 de noviembre. CUÁNtO: de 15 a 18 euros. Tel.: 91 505 88 01.