China

Triple fuente de volatilidad

La Razón
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La volatilidad que viene afectando al mercado bursátil se relaciona con tres factores. En primer lugar, el aumento del riesgo país en la «periferia» europea –y especialmente en Irlanda, donde la prima de riesgo alcanzó los 620 puntos básicos la semana pasada–. En segundo lugar, las conclusiones de la cumbre del G-20. Y, por último, la posibilidad de nuevos movimientos hacia un mayor endurecimiento monetario en China por las renovadas tensiones inflacionistas, que ya encontraron materialización en la elevación del coeficiente de reservas del sistema bancario.

El aumento de la prima de riesgo en Irlanda «contagió» en mayor medida a Portugal, pero también a Grecia y España, sin que puedan identificarse, salvo en el caso irlandés y a lo sumo en el luso, factores de naturaleza «específica» que ejercieran de vector del contagio. Todo hacía indicar que el causante de la repreciación del riesgo soberano fue la propuesta de Alemania de repercutir en los inversores privados el coste del rescate mediante una quita en sus títulos de deuda. La estabilización de las primas de riesgo en las dos últimas sesiones se origina en el comunicado de los países europeas del G-20, asegurando que esto no será así al menos hasta 2013. Este mensaje ha devuelto cierta calma a los mercados, aunque la incertidumbre acerca del posible rescate de Irlanda –y de otros países como Portugal– continúa presente.

Por lo que respecta a la cumbre del G-20, la reacción del mercado ha sido tan indiferente como vacías fueron sus conclusiones, puesto que arrojaron resultados de nuevo imprecisos. Sobre la «guerra» de divisas, se repitió el compromiso de evitar devaluaciones competitivas y la idoneidad de favorecer una flexibilidad cambiaria que se ciña a los fundamentos de cada economía. En los desequilibrios en el crecimiento se avanzó algo más, con el compromiso de establecer indicadores que sirvan de guía para controlarlos por parte del FMI. Pero no hubo concreción en las medidas, y los mercados han pasado muy de puntillas por sus conclusiones. No tan de soslayo observa el mercado el repunte del 0,8% en tasa de la inflación de China, hasta el 4,4%. Las implicaciones de este movimiento no tienen que ser obligatoriamente negativas, más cuando las autoridades chinas tienen un currículo reciente exitoso en la gestión de su ciclo. La última vez que China inició un proceso de subida de tipos, en 2006, el mercado de renta variable comenzó una nueva fase alcista.

Parece que hemos entrado en un paréntesis de estabilidad en el riesgo «periférico», pero no podemos descartar nuevos episodios de volatilidad en mercado a muy corto plazo. El soporte que puedan encontrar las bolsas va a depender del tono del abultado flujo de datos macro que se publica a ambos lados del Atlántico y de la evolución de los diferenciales de deuda en la eurozona (atención al eje Dublín-Lisboa), sin perder de vista la actuación de China.