Lyon
Verónica Etro: «Pocos artistas captan nuestras ideas»
La responsable de la línea femenina de Etro habla de sus estampados
A Verónica le gusta que la tuteen. Es muy cercana y no parece una Etro. Ni lleva estampados, ni colores llamativos. Hoy tocaba visitar Madrid y por eso lleva un «look» casual, vaqueros y un jersey de punto. «El Museo Reina Sofía me ha encantado, varios de sus cuadros me servirán de inspiración para nuevos estampados», comenta la ganadora del Premio Telva 2010 a la mejor trayectoria y evolución internacional.
-Gaultier, Ungaro, Galliano… Todos han recibido este galardón, ¿le sorprende haber sido elegida?
-Sí, porque aunque lo estoy haciendo bien, aún no estoy a la altura de ellos. Cuando vi quiénes eran mis predecesores aluciné. Estaría loca si imaginara que ya he llegado a lo más alto. Si lo piensas, te estancas.
-¿Encuentra inspiración en ellos?
-No puedo negar que me fijo en los trabajos de otros creadores. También es cierto que los miras para saber lo que no quieres hacer, porque Etro tiene una identidad muy marcada y sería estúpido intentar cambiarla. Podemos evolucionar, pero no dejaremos de hacer estampados y combinar colores. Estaría loca si me pusiera a diseñar trajes oscuros como los de Calvin Klein.
-Etro es una empresa familiar. Su padre la creó hace 42 años, ¿cómo ha cambiado desde entonces?
-Fue una fábrica textil hasta finales de los 80, cuando empezamos a diseñar ropa y complementos. Al principio era clásica y en 1997 todo empezó a cambiar, nos introdujimos en la Alta Costura y comenzamos a desfilar. Yo todavía estaba preparándome para tomar las riendas de la línea femenina cuando mi padre decidió embarcarse en esta aventura. Mi hermano Keane, encargado de la parte masculina, le ayudó mucho. Todo se hizo paso a paso, esa es una de las características de nuestra casa.
-¿Es fácil trabajar codo con codo con tu familia?
-En realidad, se trata de una medida inteligente. Somos cuatro hermanos y cada uno posee su propia parcela. Hipólito se encarga de la parte financiera. Jako, de los diseños de cuero y los complementos. Keane hace la línea masculina y yo la femenina, con la ayuda de mi padre. Nuestras reuniones son divertidas. Entre plato y plato discutimos sobre el futuro de la marca, los nuevos puntos de venta… Pero no trabajamos juntos día a día.
-Etro ha encontrado su propia identidad en los estampados. Después de tantos años, ¿es complicado encontrar nuevos dibujos?
-Sí y no. Debes ser perspicaz y visionaria. A partir de un cuadro e, incluso, de la tapicería de un sofá puede surgir una idea. Experimento mucho. Hay pocos artistas capaces de proyectar nuestras ideas. Colaboramos casi en exclusiva con un taller en Lyon. Tarda un mes en conseguir una muestra que después nosotros duplicamos. Es costoso pero satisfactorio. También utilizamos ordenadores, aunque no me gusta demasiado.
-¿Qué le parece que la comparen con Emilio Pucci?
-También es conocido por los estampados, pero son psicodélicos y geométricos, diferentes a los nuestros. No nos gusta que nos comparen, y cuando hacemos un diseño que se puede identificar con uno de Pucci o Missoni, le damos una vuelta. Se ha convertido en un icono, pero ahora está cambiando, apuesta por creaciones más populares, más «fashion».
Recortes por la crisis
«Creo que el problema de muchas firmas es que no trabajaban bien y no han sabido amoldarse a la nueva situación. Obviamente nosotros hemos hecho recortes y hemos cambiado cosas: en lugar de diez colecciones, hacemos dos y las organizamos. Ya no hacemos colecciones de 2.000 prendas y es mejor para el cliente que busca algo más compacto. Los desfiles también han cambiado y ahora intentamos rentabilizar todo, sobre todo el tiempo».
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