OPINIÓN: Miedo

Bendita estrechez que por lo menos adelgaza, porque hoy nos rodea la miseria, el no tener donde caerse no ya muerto sino vivo por temor de que te multen por sacar la basura a deshoras (JAMA). La mitad de los artistas que antes sobrevivían aunque fuera subvencionados ruedan por el suelo o amenazan ruina como uno que me encontré en el autobús de La Alberca; siendo de los mejores que en su gremio ha dado Murcia; malvive de alquilado a la espera de verse otra vez en el Jesús abandonado, que parece ser su destino. El asunto, como el reino de Dios, parece que no haya de tener fin. Cuando cae la confianza en las instituciones hijas de la razón resurgen aquellas otras que pare la sinrazón y se reavivan los oportunistas ideológicos vendedores de pociones para todos los problemas, a los que sustituyen por otros peores. El crack del 29 produjo las más feroces dictaduras de todo signo que se habían conocido hasta el momento. Librarnos de ellas nos costó 50 millones de muertos sólo en la Segunda Guerra Mundial, lo que clareó el mercado de trabajo por la vía de convertir en héroes y villanos muertos a los que habían sido parados vivos, con lo mucho que come esa especie. El esfuerzo bélico remató la faena dando lugar al pleno empleo. El caso es que apeado Berlusconi y estando malamente Chávez, no se adivina quién será el próximo caudillo, fuhrer o como quiera que acabemos llamando al que se ofrezca a hacer milagros de pago y organice una buena guerra, que es lo que va haciendo falta para salir de esta situación, porque las guerras resuelven el paro matando a los parados y estimulan la economía dando trabajo a los supervivientes. Es decir, capitalismo puro: engordar para morir.