OCDE

La OCDE alerta de la herencia: el PIB solo crecerá un 03 por ciento

Prevé que el paro suba al 23 por ciento en 2012

La Razón
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París-La economía mundial no levanta cabeza. Partiendo de esta inquietante constatación, la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE), que ayer presentó su informe semestral, augura un severo frenazo en la recuperación, especialmente violento en la zona euro.
Estas sombrías previsiones no son precisamente el premio que la vicepresidenta primera del Gobierno, Elena Salgado, hubiera deseado como colofón a algo más de dos años al frente de Economía. Tras cerrar 2011 con un crecimiento del 0,7%, revisado a la baja en dos décimas por un cuarto trimestre peor de lo esperado, la actividad se contraerá fuertemente en 2012. Según la organización, el PIB español crecerá un débil 0,3%, rebajando unas previsiones iniciales bastante más halagüeñas, del 1,6%. Un diagnóstico en línea con la caída que predice para la eurozona, que no superará un crecimiento del 0,2%, y que entraría así en una «ligera recesión», afirma la OCDE. El empleo será la gran víctima de la falta de actividad.
De hecho, para España, prevé que el paro podría alcanzar sus niveles máximos con una tasa que rozará el 23% en 2012 después de cerrar este ejercicio en el 21,5 %, por encima de las estimaciones de mayo. Una manera de cuestionar la eficacia de las políticas de empleo del Gobierno, al que sí reconoce, sin embargo, los esfuerzos realizados en materia de ajuste presupuestario. Los planes de austeridad y los recortes deberían permitir a España, asegura el informe, cumplir con su objetivo de déficit del 3 por ciento en el año 2013.
Pero el conocido como «club de los países ricos» también lanza varias alertas. Así, advierte de los peligros de la elevada prima de riesgo de la deuda pública española y sus posibles repercusiones en otros sectores si los diferenciales siguen aumentando. «En vista del relativamente elevado endeudamiento del sector privado no financiero y de la exposición del sector bancario al riesgo inmobiliario, el impacto en la actividad económica puede ser sustancial», previene.
Como en anteriores estudios, la organización sigue recomendando a España reformas estructurales, «deseables» para estimular el crecimiento si la situación empeorase. Concretamente, insta a una mayor flexibilidad laboral, abaratando el despido de los nuevos contratos indefinidos y reduciendo la dependencia de los convenios colectivos en materia de política salarial.