Desgraciados

Del septiembre blanco de la Vuelta, al septiembre negro del ciclismo español, empeñado en despeñarse. Y lo malo no es el filetazo de Contador, ni siquiera los positivos de Mosquera y David García y la puntilla que le han dado al Xacobeo, lo peor es la imagen del deporte español, cuyos éxitos ponen ahora en cuarentena los envidiosos por culpa de unos desgraciados. Aunque expertos extranjeros alimentan la teoría de que el clembuterol de Contador proviene de su sangre por una autotrasfusión, la hipótesis del solomillo clembuterizado es más verosímil, de no serlo la UCI habría entrado a saco. Y la UCI le ha dicho a Contador que se trata de una «contaminación alimenticia», y el corredor no miente. También grave es que el laboratorio de Colonia filtre a sus paisanos el positivo. La UCI y la AMA deberían tomar medidas y Alberto, llevarlo a los tribunales. Y en el caso de Mosquera y David, ambos pupilos de Álvaro Pino, como lo fueron Santi Pérez y Tyler Hamilton, ha trascendido que utilizaron hidroxietilalmidón, un expansor del plasma que en realidad hace las veces de enmascarador para esconder productos como la EPO, por ejemplo. Y luego quieren patrocinadores.