Ceuta
El Rey y Mohamed VI escenifican la reconciliación entre Rabat y Madrid
La inesperada visita oficial de Su Majestad el Rey a Marruecos –apenas fue anunciada con 24 horas de antelación– es el colofón al restablecimiento de unas buenas relaciones bilaterales tras la crisis del año pasado en torno a Ceuta y Melilla, según fuentes de la Casa Real consultadas por LA RAZÓN.
Don Juan Carlos, que llegó el miércoles a Marrakech en el marco de un viaje estrictamente privado, añadió a su agenda ayer una visita oficial en la que ambos monarcas abordaron todos los temas de una agenda diplomática en la que sólo hay un añadido: el apoyo de España al proceso de reformas democráticas iniciado por el monarca alauí a raíz de las protestas del Movimiento 20 de Febrero.
Por lo demás, la reunión transcurrió sin sorpresas. Ambos repasaron las relaciones bilaterales en un momento de mayor tranquilidad tras la incorporación del nuevo embajador marroquí en España y el descenso de la tensión en torno a Ceuta, Melilla y el contencioso del Sáhara Occidental, que según algunos medios marroquíes serían cuestiones que estarían encima de la mesa. También hablaron, a lo largo de la hora y media de su encuentro, de relanzar las relaciones económicas y comerciales entre ambos países.
Algo que ya fue objeto de atención durante la visita a Madrid de una delegación de ministros marroquíes del área económica. Por otra parte, el terrorismo centró una buena parte de la conversación entre ambos jefes de Estado. Don Juan Carlos mostró a Mohamed VI su solidaridad con el pueblo marroquí tras el atentado cometido el pasado 27 de abril contra el café Argana, en la plaza Jemma al Fna de Marrakech, en el que murieron 17 personas y otras veinte resultaron heridas.
El rey Mohamed VI ha dado una gran importancia a esta visita de su homólogo español al que ha ido a buscar personalmente a la Residencia Real de Marrakech, donde se alojan las personalidades invitadas por la Casa Real marroquí cuando se encuentran en esta ciudad. Posteriormente ambos se trasladaron al Palacio Real, donde el Rey de España fue recibido con honores de Estado por la plana mayor del Gobierno, el Parlamento y las Fuerzas Armadas.
La entrevista tuvo lugar a las afueras de Marrakech, en el complejo real que está a pocas manzanas de la plaza de Jemaa el Fna. Precisamente se había especulado con la posibilidad de que ambos –o quizá sólo Don Juan Carlos, según indicaban fuentes españolas a última hora– realizaran una visita al lugar del atentado para depositar un recuerdo a las víctimas.
Sin embargo, esa visita no se produjo finalmente, probablemente por motivos de seguridad, y el Rey regresó a España inmediatamente después de terminar su entrevista con Mohamed VI. Una visita que cierra un ciclo de mutuos reproches y tensión en aumento, que tuvo su colofón en el año pasado. De hecho, la última visita que se puede considerar oficial de Don Juan Carlos a Marruecos había tenido lugar en julio de 2006 en Casablanca. Demasiado tiempo, seguramente, para dos vecinos condenados a entenderse.
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