Cataluña

Todo a cien

La Razón
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Los dos cuerpos de nuestro bipartidismo venden ministros como en los cambalaches chinos de todo a cien en el entendimiento que por serlo o haberlo sido poseen un aura que hipnotiza los votos. A más de ser amiga del Presidente, Trinidad Jiménez puja por Madrid por ser ministra de baja intensidad. Los asesores áulicos estiman que por ser mujer conocida está preñada de sufragios. Ítem más del pobre Corbacho con cara de irse a crucificar a Cataluña. Parece que fue buen alcalde de Hospitalet y que es influyente en el PSC. Pero su cualidad es la de ministro, aunque sea de Trabajo en el país de los desempleados. Sólo es culpable de maquillar estadísticas, pero los responsables de los brazos caídos son el Presidente y su equipo económico. Corbacho es un aficionado a la contabilidad creativa y creen que por ser ministro acapara voto no nacionalista. Al Poder se le teme pero no se le venera y suscita rechazos en las urnas. En las aguas de la crisis emergerá el tiburón del voto de castigo. De cargo a cargo sólo sirve para las ranas.